México se enfrenta a un embargo pesquero de no atender los acuerdos para la protección de la Vaquita Marina en el Alto Golfo de California, donde asociaciones ambientalistas alrededor del mundo han señalado la falta de cumplimiento del Estado Mexicano.
Un reporte elaborado por la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) y revisado por LA CRÓNICA, indica que México no ha podido controlar la pesca ilegal a pesar del reducido espacio del área protegida, y más allá, ésta se ha incrementado.
El reporte será presentado en la próxima reunión de la Conferencia de Partes No. 18 (COP18), en la asamblea de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES) que se llevará a cabo en Ginebra, Suiza, este 20 de agosto.
Otras organizaciones ambientalistas internacionales como el Instituto de Vida Salvaje Animal (AWI), el Centro Para la Diversidad Biológica (CBD) y el Concilio para la Defensa de los Recursos Internacionales (NRDC) respaldan este reporte.
El reporte urge a la imposición de suspensiones comerciales contra México por fallar en su tarea de protección a la Vaquita Marina de la pesca ilegal que se deriva de la captura de la totoaba en el Alto Golfo de California, zona declarada Patrimonio de la Humanidad.
La investigación elaborada por los ambientalistas detalla la red de comercio ilegal entre México, Estados Unidos y China, donde termina el buche de totoaba y es altamente apreciado por sus supuestos efectos medicinales y afrodisiacos.
Para la captura de la totoaba se utilizan redes que resultan mortales para la Vaquita, y es precisamente la última muerte documentada el pasado mes de marzo la que ocurrió en estas circunstancias.
El Comité Internacional para el Rescate de la Vaquita Marina (CIRVA) ha enfatizado que esta especie no está extinta y aún tiene probabilidades de sobrevivir, pues aún se ha registrado que tienen descendencia y no hay evidencia de enfermedad o malnutrición en ellos.
México adquirió una serie de compromisos derivados de la COP17 en el 2016, la mayoría relacionadas a la pesca ilegal y al tráfico de totoaba, pero de acuerdo al reporte de las ONGs, se han implementado parcialmente y sin fuerza.
En un posicionamiento, Clare Perry, líder de Campañas Oceánicas de EIA, calificó de apática la respuesta de México a las decisiones del CITES. “Esta es la última oportunidad para actuar de verdad para salvar a la vaquita, pues sí la pesca ilegal continúa, ya no habrá para la próxima COP en el 2022”.
Y agregó: “Dependerá de nosotros, la mayor extinción durante nuestra guardia a manos de criminales, y CITES debe tomar todas las medidas más fuertes posibles en esta reunión para evitar este resultado”.
Por su parte, DJ Schubert, biólogo de vida silvestre de AWI, dijo que “por décadas, México ha fallado a la vaquita y a la comunidad internacional al hacer y romper múltiples compromisos para proteger a las especies y su hábitat”.
El representante en México para el Centro para la Diversidad Biológica, Alejandro Olivera, señaló que el país solo ha hecho “promesas vacías para salvar a la vaquita, sin un verdadero refuerzo de la ley en el mar”.