La única alternativa real que tienen las comunidades del Golfo de Santa Clara, Sonora y San Felipe, Baja California para llevar el sustento diario a sus familias, es convertirse en pescadores ilegales, ante la eliminación del pago de compensaciones y la falta de opciones productivas, que las comprometían a mantener sus redes fuera del agua, con el fin de preservar a la vaquita marina, esto se da a ocho meses del inicio de la nueva administración federal.
La veda en el Alto Golfo de California para realizar actividades de pesca continúa vigente desde el 10 de abril de 2015, aun cuando la restricción era para un periodo de dos años, tiempo que iba a ser aprovechado por el Instituto Nacional de la Pesca (Inapesca), para ofrecer a las cooperativas artes de pesca alternativas y sustentables, que hasta la fecha no existen.
El sector pesquero organizado del Alto Golfo de California, advirtió que no se cuentan con artes de pesca sustentables, debidamente probadas que sustituyan a las redes de enmalle. Además, explicó que el Inapesca no ha concluido los estudios técnicos. “Hasta hoy sólo hemos tenido estudios o pruebas para la pesquería de camarón en tiempos y áreas de pesca equivocadas y por obviedad, sus resultados han sido por demás ineficientes”.
El pasado 21 de marzo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sedar), presentaron a medios de comunicación, la Iniciativa para la Sustentabilidad en el Norte del Golfo de California, que se convirtió en letra muerta, porque ninguna acción de apoyo a pescadores, permisionarios y cadena productiva se concretó en ejes que pomposamente denominaron: “Desarrollo Integral para el Bienestar Comunitario”, “Pesca Sustentable y Responsable” y “Diversificación Productiva Sustentable”.
Hasta ahora, la estrategia gubernamental ha sido ignorar la problemática, evitar las reuniones con los representantes de las cooperativas de pescadores y dejar pasar el tiempo, mientras la vaquita marina, que muere ahogada en las redes ilegales, se encamina velozmente a la extinción, ya que según la última estimación sólo quedan 10 ejemplares.
México tiene una gran presión internacional por lo que ocurre en el Golfo de California, y Estados Unidos amaga con ampliar a todo el país, el embargo que pesa sobre la región en las pesquerías de camarón, sierra, curvina y chano, lo que sería desastroso para el sector a nivel nacional.
Además de que el gobierno estadounidense quiere que México vaya más allá y prohíba la posesión y transporte de redes de enmalle en la zona.
Por su parte, las comunidades del Golfo de Santa Clara y San Felipe hicieron un llamado al presidente Andrés Manuel López Obrador de que los deje regresar al mar con artes de pesca que les permita realizar sus faenas de captura con eficiencia operativa, selectividad y alcanzando los márgenes de utilidad con los que históricamente han trabajado, ya que tampoco están dispuestas a dejar pasar la temporada de camarón que inicia en septiembre, que es una oportunidad para obtener ingresos.
En caso contrario, solicitaron al jefe del Ejecutivo Federal que regrese el esquema de pago de compensaciones, mientras continúa el diseño y las pruebas de las artes de pesca que sustituirán a las redes de enmalle y en conjunto se puedan concretar alternativas con programas de asistencia social a la población más vulnerable, apoyo a proyectos alternativos, y considerar las opciones de pesca deportiva y maricultura de pez Totoaba.