El langostino es el producto estrella de Nueva Pescanova y buena parte de su estrategia de negocio está enfocada a aumentar su producción. Y esa es la clave de la expansión de una de sus principales plantas de procesado de langostino del grupo, situada en Arteixo (la antigua Bajamar Séptima, antes de la refundación de la pesquera), para duplicar su capacidad actual, de 70 toneladas al día.
La Xunta acaba de sacar a información pública la solicitud de autorización ambiental y el estudio de impacto ambiental para esta planta de elaboración de preparados de productos del mar, situada en el polígono de Sabón.
Según la documentación, «o motivo da solicitude é a instalación futura no establecemento industrial dun novo cocedoiro, o que suporá un incremento da capacidade de produción, ata un total de 157 toneladas día».
«Adicionalmente, incorporarase unha nova caldeira de vapor a gas natural, e ampliarase a capacidade das liñas de envasado», indica la memoria resumen. Pescanova, que cuenta con procesos para el langostino cocido, crudo y las colas, ocupa una parcela de 16.841 metros cuadrados.
La pesquera gallega trabaja con cinco compañías dedicadas al cultivo y comercialización del langostino, a las que entre los años 2007 y 2012, el grupo, que entonces estaba en manos de Manuel Fernández de Sousa, destinó las mayores inversiones, 143 millones. Es el mayor negocio del grupo en Latinoamérica.
Pescanova presume de haber «democratizado» el consumo de marisco, con la oferta de un producto que resulta asequible a todo tipo de economías domésticas y que mantiene un precio estable a lo largo de todo el año. Europeos y norteamericanos consumen actualmente el grueso de la producción de Pescanova.