Pesca
Puerto Mar del Plata
El barco botado esta semana en Contessi operará sobre el recurso que hace florecer a la industria naval. En paralelo se suman más despidos en la industria del fresco y el gobierno bonaerense analiza como reactivar el trabajo en Mar del Plata mientras sus funcionarios avalan la concentración de cuota que termina pescada por los buques factoría.
Esta semana que pasó puso en evidencia de una manera tangible los claroscuros que dominan a la actividad pesquera y portuaria sobre un escenario cuyo telón de fondo muestra que uno de cada cuatro marplatenses es pobre y casi la mitad de los niños son pobres.
La botadura en las gradas de Contessi del “LUCA SANTINO”, un fresquero doble cubierta de casi 27 metros de eslora que Cabo Vírgenes, empresa armadora de Rawson, operará desde Puerto Madryn, reunió a funcionarios bonaerenses ligados a la producción y la pesca con excesivo optimismo.
Cabo Vírgenes invirtió 3 millones de dólares para recibir su primer barco nuevo. Ya dispone de dos más chicos pero los compró usados con los que pesca langostino y reprocesa en un frigorífico modelo en la Patagonia. El buque cuenta con una máquina para fabricar hielo líquido. Para instalarla se debió resignar bodega. El armador prefiere calidad antes que cantidad. Ojalá pronto tenga imitadores entre armadores marplatenses.
El langostino, su superabundancia, hace posible que la industria naval haya ganado aire. Las cuatro construcciones que Contessi tiene en distinto grado de avance en sus instalaciones están pensadas para capturar langostino.
Mientras, esperan la letra chica del Decreto 145 de modernización de la flota pesquera que firmó Macri. En función de esa norma complementaria avanzarán las inversiones que Contessi proyectó en el predio aledaño, y donde ya comenzó a construir sus nuevas instalaciones.
“Después de 22 años de precariedad tenemos nuestro permiso de uso de suelo renovado y accedimos a un aumento de la superficie ocupada”, dijo Domingo Contessi durante su tradicional discurso.
En realidad los años de precariedad fueron menos. En el 2015 Jorge Hidalgo, el entonces presidente en soledad del Consorcio, firmó la Resolución 91 mediante la cual regulariza la situación del astillero -–el Interventor Machinandiarena los había intimado a desalojar el predio unos años antes- y les entregara un nuevo permiso de uso hasta el 2025.
Fue el propio Merlini quien puso en duda las actuaciones de Hidalgo y convenció al astillero para que, ahora con la incorporación del nuevo predio, cuenten con otro permiso habilitante. No es el único caso en que el actual presidente del Consorcio desconoció actos administrativos firmados por su antecesor.
“El sector de la pesca va a crecer fuertemente, como lo está haciendo, con un tipo de cambio más competitivo, pero sin la industria naval no va a funcionar, ya que es parte del eslabón importante”, dijo a su turno Javier Tizado, el ministro de la Producción de la Provincia, en un tono de indisimulable campaña electoral.
Como para refutar al Ministro, para que no le queden dudas que no toda la pesca es lo mismo, Casi en paralelo al acto de botadura, el empresario Antonio Di Leva decidía tachar de un saque a 120 obreros del pescado que venían trabajando muy salteado en su frigorífico El Marisco y una fasonera controlada por el mismo grupo, llamada “Sebastian Gaboto”.
La industria del fresco desaparece en cuenta gotas como va desapareciendo la postal de la banquina chica con las lanchas amarillas. El langostino que dibuja números en verde, con exportaciones por encima de los 2 mil millones de dólares, el mismo que regala más empleo y un florecimiento de la industria naval, es el que también saca del agua a las lanchas para transferir sus permisos a barcos más grandes.
Esta misma semana la Gobernadora se reunió con diferentes actores de la industria donde descartó subsidios para estibadores y obreros del pescado y se mostró “preocupada” por reactivar el empleo en el puerto.
Vidal debería saber que sus funcionarios hacen todo lo contrario: avalan el aumento en la concentración de cuota para ser pescada por congeladores, permite la transferencia de cuota y no genera estímulos para que más fresqueros pesquen la cuota del fondo de reasignación que termina en poder de los buques factoría.
Tampoco toda la pesca atraviesa “la peor crisis de los últimos 30 años”, como intentó resumir, en un esfuerzo conmovedor, Pablo Trueba, secretario General del SIMAPE y miembro de Fundación Pensar. Los marineros, junto con oficiales del puente de mando y la sala de máquina, son los que menos sienten el impacto porque los alcanza la bonanza del langostino.
Qué tendrá para decir Ledesma de la crisis entonces… esta semana la Secretaria General del SOIP reconoció que en los últimos 9 años el padrón del gremio se achicó en 2 mil renglones. O Mezzamico, del SUPA… en cuatro años a los estibadores del puerto les faltan 100 millones de kilos de descargas.
La crisis de Valastro la sufrieron los cientos de trabajadores ligados al pescado fresco que redujeron su nivel de trabajo y terminaron con arreglos indemnizatorios forzosos. Ahora los españoles de Iberconsa intentaran devolver movimiento con langostino fresco.
Qué crisis atraviesa Moscuzza que trajo un nuevo barco tangonero y construye otros dos en Vigo. Cuál es el problema de Solimeno, que amplió flota y guardó el cartel de venta de su planta de Juan B. Justo. En ese predio acaba de terminar las nuevas instalaciones donde centrará su administración. Diversificados y empachados de langostino.
Después de 40 meses de gobierno parecen haberse dado cuenta que todo el circuito del fresco, captura, procesamiento y exportación, necesita de algún estímulo adicional. Que no alcanza con un dólar a 45 para que la pesca, ya no incorpore más personal, sino deje de perderlo como en El Marisco y Gaboto.
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