Puerto Mar del Plata
Le quitó el certificado PBIP por no cumplir con una auditoría realizada semanas atrás. Fallas en los accesos, perímetro, luces, alarmas y residuos fundamentan el nuevo papelón de la administración Merlini.
La Dirección de Protección Marítima y Puertos de la Prefectura Naval Argentina retiró la certificación que habilitaba al puerto de Mar del Plata con el código PBIP para la protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias, que la terminal local detentaba desde 2004.
Luego de los ataques terroristas contra los Estados Unidos en septiembre del 2001 la Organización Marítima Internacional (OMI) declaró su determinación de trabajar, junto a los países interesados, para impedir que el transporte marítimo se convierta en blanco del terrorismo internacional, de otros actos ilícitos como el narcotráfico y daños ambientales.
Prefectura es la autoridad de aplicación del Código PBIP y la Dirección fue la encargada de notificar el viernes al gerente General, Ricardo Manocchio, de la caída de la certificación, lo cual transforma a Mar del Plata en un puerto no seguro, privilegio que tienen pocos puertos en el litoral marítimo argentino.
La determinación de la fuerza fue confirmada por miembros de la propia Prefectura, aunque evitaron dar a conocer detalles del resultado de la auditoría que se realizó al puerto local y estuvo cargo de dos oficiales auditores locales. Pero trascendió que las falencias encontradas tuvieron que ver con los accesos, perímetros, luces del espejo interior, presencia de residuos, monitoreo del circuito de cámaras y el sistema de alarmas.
“Las auditorías son periódicas y al comprobar falencias se les dan plazos a la autoridad portuaria para que se vayan subsanando”, confió una fuente de Prefectura ante la consulta de REVISTA PUERTO.
“Si no se hacen las obras, magia no podemos hacer”, reconoció un miembro del Consorcio Portuario que trabaja en materia de seguridad y protección de las instalaciones portuarias.
La posible caída del certificado comenzó a correr con fuerza el domingo aunque no hubo manera de chequearla hasta la primera hora de ayer lunes. Primero un allegado al propio Martín Merlini, presidente del Consorcio; y luego desde la propia Prefectura.
Entre los operadores y permisionarios la noticia cayó de sorpresa porque hasta el cierre de esta edición no habían sido notificados por el Consorcio de la nueva calificación.
“Cuando se detecta una falla se da un plazo… ahora pasa lo mismo… presentan un plan y cuando esta todo resuelto, se devuelve la certificación”, confió el miembro de Prefectura.
Así como para todos los actores de la realidad portuaria la baja de la categoría representa un nuevo papelón de Mar del Plata, para Merlini la situación no es tan grave.
“El puerto igualmente sigue cumpliendo con estándares de seguridad y recibiendo embarcaciones. No impacta esto en su movimiento habitual. En realidad hace tres años que trabajamos para mantener esa habilitación”, señaló al portal loquepasa.net el presidente del Consorcio.
Si trabajan desde hace tres años la pregunta del millón es por qué no pudieron mantenerla vigente. La realidad es que por un lado el Consorcio carece de fondos para hacer frente a todas las obligaciones y por otro, sorprende la anarquía y la mugre que se observa en los muelles.
¿Por qué la empresa 9 de Julio retiró los contenedores de los muelles? ¿Por qué no funciona desde hace casi un año el control de las barreras que separan las áreas restringidas? Merlini no da respuestas. “Mostramos la plástica y un hombre de seguridad anota el número y levanta la barrera”, confió otro empleado del Consorcio.
Las luces del espejo interior para la operatoria de los portacontenedores en horario nocturno nunca terminaron de funcionar, lo mismo una de las señales de las balizas en el extremo de la escollera Sur, que generó un incidente de varadura de un pesquero. Cambiaron la luz a las tres semanas.
Mucha precariedad para un puerto “autosustentable financieramente” como le gusta decir a Merlini, para vanagloriarse de haber afrontado con fondos propios la obra de dragado.
Dragado que no generó sedimentos contaminados en el área de giro y para el que se gastaron 15 millones de pesos en su tratamiento innecesario. Tampoco logró todavía un puerto operativo las 24 horas, pese a que ya se llevan invertidos más de 130 millones de pesos en la draga de Canlemar, la empresa española de buenas relaciones con Merlini.
La duda ayer fue el futuro de los portacontenedores y el comercio exterior, una de las pocas cosas que crecen en el puerto local. Es que algunas fuentes consultadas sostenían que la nueva categoría de puerto no seguro condenaba a Mar del Plata al transporte de cabotaje. “No puede ir carga de un puerto no seguro a uno seguro en el exterior”, confió un especialista ante la consulta.
Desde Prefectura y el propio Consorcio aseguraron lo contrario. “La naviera fue puesta al tanto de la nueva condición del puerto y es potestad de ellos ingresar o no. Si lo hace se coordina un operativo especial con Prefectura y el propio buque para garantizar la seguridad de la operatoria”, aseguraron.
La nueva mancha que colecciona la gestión Merlini abre un signo de interrogación sobre su futuro. Él puede vivir en un mundo paralelo construido en base a un relato mágico, pero la noticia del paso en falso, del retroceso de Mar del Plata en materia de seguridad, llegó a despachos oficiales en La Plata y en el Ministerio de Transporte, donde analizan por estas horas la decisión a tomar.
Fuente: Revista Puerto