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Langostino
Langostino de cultivo. (Foto: ARC Research Hub for Advanced Prawn Breeding)
Un equipo de investigadores llevará a cabo uno de los estudios más exhaustivos de patógenos del langostino en las granjas acuícolas Queensland, como parte del último proyecto del Centro de Investigación Cooperativa para el Desarrollo de Australia del Norte (CRCNA).
Los científicos, de la Universidad James Cook (JCU), con el apoyo de la Asociación Australiana de Productores de Langostino (APFA), ejecutarán durante dos años el proyecto, cuyo valor total asciende a AUD 759.800. El CRCNA contribuirá con el aporte de AUD 340.000.
“La investigación permitirá a la industria obtener un conocimiento detallado de los patógenos que afectan la producción en la actualidad y, potencialmente, identificar amenazas desconocidas y emergentes”, señaló Tony Charles, de la APFA, tras destacar que la bioseguridad es un enfoque principal de su asociación.
Por su parte,, el profesor de JCU, Dean Jerry, dijo que utilizarán las últimas pruebas y tecnologías moleculares para detectar e identificar patógenos específicos endémicos o emergentes de las granjas de Mossman, en el lejano norte de Queensland, y Logan, en el sureste del estado.
“La recopilación de datos de diferentes granjas proporcionará, por primera vez, un punto de referencia importante para la industria de patógenos que podrían afectar el cultivo de langostinos”, recalcó.
“Los datos proporcionarán información crítica sobre las amenazas a la producción e informarán sobre las herramientas necesarias para ayudar a administrar mejor las posibles amenazas de patógenos. Es posible que también se encuentren nuevos patógenos que hasta ahora no han sido detectados”, agregó el profesor Jerry.
Se espera que el proyecto disminuya las pérdidas de producción causadas por patógenos del langostino del 20-30 % por año actual al 10-20 %, y que permita aumentar la producción en alrededor de AUD 16 millones al año.
El director ejecutivo de CRCNA, Jed Matz, dijo que el amplio alcance de la investigación es la razón por la cual el proyecto cuenta con el apoyo de este centro.
“Este proyecto tiene el potencial de proporcionar beneficios a largo plazo para la industria australiana del cultivo de langostino, mediante la concientización sobre la bioseguridad y la mejora de la capacidad para controlar los patógenos”, afirmó Matz.