Puerto Mar de Plata. Se sostienen concentraciones de illex de buen tamaño entre el 41ºS y 42ºS, a 24 horas del puerto de Mar del Plata, que les permiten a los barcos diversificarse con buen precio de venta en muelle. Silencios en la descarga del “Tozudo”.
Algunos barcos de la flota fresquera de altura que operan desde el puerto de Mar del Plata encontraron en un calamar de buen tamaño algo de oxígeno para transitar estas semanas posteriores a Semana Santa donde la merluza tuvo una subida de precio en muelle pero ya comienza a desinflarse, según publicó Revista Puerto.
A la altura del 42ºS y 58ºO, a 24 horas al sur del puerto local, la semana pasada buques como el “José Luciano”, “Floridablanca”; “Sant’Antonio”, “San Andrés Apóstol”, se mezclaban con los arrastreros congeladores “Ponte de Rande”, “Luca Mario” y la flota potera, operaban cerca y obtenían buenas capturas de un illex que en esa área tiene buen tamaño y en muelle se llegó a pagar 3300 pesos por kilo.
“Es el tercer viaje que hacemos a calamar”, confió Rubén Sayago. El primero fue a zona común y el buque vino completo de un calamar mediano. El segundo viaje fue un poco más al sur y llegó con la mitad de bodega de calamar, pero de mejor tamaño y en este último, también similar, mil cajones de calamar, 1300 de merluza y algo de raya y abadejo acompañante.
Cuando arrancó esta primavera para los fresqueros, un par de semanas atrás, el calamar más chico del norte, sobre el 39ºS se vendía a 3 mil pesos. Hoy ya bajó bastante y se coloca entre 2200 y 2400 pesos, dependiendo de la frescura. Que a tan poca distancia la zona de pesca del puerto ese no es inconveniente. Las mareas son más cortas y duran menos de una semana si el tiempo acompaña.
Entre los compradores de calamar sobresale “Lucrino Mare” un frigorífico dedicado casi exclusivamente al reproceso de calamar. También compraron Natusur, Cooperativa Del Norte, Frío Sur y Catrimar, entre otros.
El “Tozudo” entró completo el lunes a la tarde y comenzaron a descargarlo en Puerto Piojo después de las 17 con el servicio de estiba de “Costa Atlántica”. Tres camiones de culata formando un abanico recibían la merluza por un lado, el calamar por otro y el variado costero, en menor volumen, en el último.
“Trabajamos con 13 estibadores, un capataz y un guinchero. En cuatro horas se terminó de descargar”, contó José Artazu, dirigente de la cooperativa.
Los datos de la captura no fueron proporcionados por el encargado de la descarga. “A vos no te digo absolutamente nada”, respondió el hombre cuando fuimos a consultar por el tiempo de marea, zona de pesca y especies en bodega. Macanudo… Y cuando el reportero gráfico estaba registrando las imágenes de la descarga, le preguntó cuándo terminaba. ¿Por qué tanto celo?
La misma suerte tuvimos cuando consultados al armador del buque. Franco Costagliola solo respondió al buen día. Nada más… Hubo que conseguir el parte de pesca para saber qué había traído el “Tozudo”. Lo que declaró, bueno.
Según el parte 394.771 la marea duró siete días y el barco arrancó pescando el 22 de abril con tres lances en el rectángulo 3957 donde declaró pescar mayormente merluza (433 cajones) 12 cajones de rayas y apenas 4 cajones de calamar.
El buque bajó hacia el rectángulo 4157 al día siguiente y completó el resto de la marea en dicha zona de pesca. Ahí apareció mayor abundancia de calamar y su captura se emparejó con las de merluza.
Las capturas finales declaradas por la empresa armadora quedaron conformadas por 17 cajones de abadejo, 1015 de calamar, 1302 de merluza, 139 de rayas y 27 de róbalo para completar los 2500 cajones.
El parte no se pudo cotejar con el acta de descarga. Al inspector asignado, al menos el tiempo que estuvo este medio viendo la descarga, se lo vio un tanto desinteresado de los movimientos del guinche y los cajones que subían a los camiones. La gestión Cecilia Moreno ya se deja ver.