Para reducir el riesgo de enfermedades cardíacas los especialistas recomiendan comer al menos dos pociones de pescado por semana, por su aporte de Omega 3. Pero no todos son iguales y algunos son mejores, según un estudio reciente.
“Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada que necesitamos para fortalecer las neuronas y para otras funciones”, explican desde Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Y amplían que estos ácidos “ayudan a mantener el corazón sano y protegido contra un accidente cerebrovascular (ACV)”. Incluso mejorar si ya padece un problema cardíaco.
Por qué los ácidos grasos omega 3 son buenos para el corazón
“Este tipo de ácido graso insaturado puede reducir la inflamación en todo el cuerpo, y esta puede dañar los vasos sanguíneos y provocar enfermedades cardíacas y ACV”, especifican desde el sitio Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
Y enumeran cómo pueden beneficiar la salud del corazón al hacer lo siguiente:
Disminuir los triglicéridos
Reducir ligeramente la presión arterial
Reducir la coagulación de la sangre
Bajar el riesgo de accidente cerebrovascular y de insuficiencia cardíaca
Reducir los latidos irregulares del corazón
La American Heart Association (Asociación Americana del Corazón o AHA, por sus siglas en inglés) recomienda comer al menos dos raciones semanales de pescado rico en omega-3. Una porción equivale a 100 gramos.
Qué pescados reducen el riesgo de enfermedades cardíacas
“El alto contenido del pescado azul de este ácido graso lo hace perfecto para las personas con parientes cercanos que hayan sufrido enfermedades cardiovasculares”, según la investigación dirigida por investigadores del Karolinska Institutet (Suecia) y publicado en la revista Circulation.
El pescado azul, como el salmón, la caballa, el arenque y las sardinas, contiene los ácidos grasos omega-3 ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Justamente estos ácidos grasos son importantes para muchas de las funciones del organismo, pero no pueden ser producidos por éste y deben obtenerse de la dieta.
Numerosos estudios han demostrado que es importante que todo el mundo siga una dieta que contenga omega-3.
“Las enfermedades cardiovasculares son hasta cierto punto hereditarias, como demuestran los estudios de gemelos, pero ha sido difícil identificar los genes que las controlan”, afirma Karin Leander, catedrática y profesora asociada de epidemiología del Instituto de Medicina Ambiental, Unidad de Epidemiología Cardiovascular y Nutricional, Karolinska Institutet, e investigadora principal del estudio.
Por caso, una hipótesis sólida es que se trata de “una combinación de genética y medio ambiente”.
Cómo fue el estudio
Leander y sus colegas} examinaron el efecto de la interacción entre los antecedentes familiares y la ingesta alimentaria. En el estudio, reunieron datos de más de 40.000 personas sin enfermedades cardiovasculares.
Durante la etapa de seguimiento, casi 8.000 de ellas sufrieron una enfermedad cardiovascular.
El riesgo de enfermedad cardiaca aumenta en más de un 40% si la persona tiene niveles bajos de ácidos grasos omega 3 más antecedentes familiares de problemas cardiacos, determina un estudio internacional.