Familias. Una postal de los familiares de la tripulación durante su paso por el Juzgado Federal de Rawson.
Puerto Rawson
Rigel
El Ministerio de Seguridad dispuso 30 días para que todos los barcos incorporen esta herramienta de seguridad. Pero el SOMU exige que ese plazo se acorte. El Sindicato además advirtió que “muchas veces la avaricia de los capitanes pone en riesgo la vida de los compañeros”.
Los familiares de los tripulantes desaparecidos en el buque Rigel se reunieron con los dirigentes de la seccional Puerto Madryn del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos, que se pusieron a disposición para colaborar con ellos. El Ministerio de Seguridad de Nación dará un plazo de 30 días para que las embarcaciones incorporen los trajes de inmersión. Los gremios no están conformes con el plazo para que las empresas inviertan.
Víctor Hugo Valdés, secretario general del SOMU, explicó que “exigíamos los trajes de supervivencia y la ministro sacará una resolución donde las empresas deberán contar en cada barco con esos trajes”. Hay que importarlos y luego los debe homologar Prefectura Naval. Igual quieren un plazo de menos de 30 días.
A la dirigencia le preocupa la “fiebre del langostino” que incide para que embarcaciones sean restauradas con el fin de salir a la zona de pesca. “Estos barcos que vienen de Mar del Plata llegan por la fiebre y muchas veces los capitanes les piden que se queden a pescar porque la avaricia los lleva a estas cosas”, dijo González.
Se pidió al organismo de contralor para que si hay temporal estos buques no operen y vayan a una zona de resguardo. “Por una necesidad de trabajo y que en Mar del Plata no hay pescado, los habilitan a esos barcos”, dijo Valdés.
En el caso de la flota de Rawson se trabaja permanentemente en las condiciones de seguridad. “La Flota Amarilla cuenta con los trajes desde hace tiempo. La Secretaría de Pesca dispuso que en la próxima renovación será condición sine qua non contar con ellos”, dijo el titular del SOMU.
Insistió ante Prefectura Naval para que los barcos como el Rigel no salgan a pescar con un mar con 30 nudos de viento sino que sean llevados a puerto y no pescando para preservar a la tripulación.
“La avaricia, muchas veces de los capitanes, pone en riesgo la vida de los compañeros”, sostuvo Valdés, quien puso el ojo en “la antigüedad de los barcos, porque tenemos algunos de 50 años”