Rescate aéreo en alta mar. En una demostración de pericia y celeridad operativa, la Prefectura Naval Argentina llevó a cabo una compleja aeroevacuación de un tripulante herido en aguas del Atlántico, a más de 200 kilómetros al norte de la ciudad de Mar del Plata. El accidentado, un marinero de 34 años, sufrió la amputación de cuatro dedos de su mano izquierda mientras realizaba maniobras de pesca a bordo del BP América I.
El evento desafortunado, que puso en jaque la integridad física del navegante, obligó al capitán del pesquero a emitir un llamado de auxilio a la Autoridad Marítima nacional. En respuesta inmediata, se estableció contacto con el equipo médico de la Prefectura, quien tras una evaluación remota recomendó medidas paliativas y un riguroso monitoreo. Sin embargo, la persistencia del dolor y el riesgo de complicaciones derivaron en la decisión de evacuar al paciente por vía aérea, garantizando así su atención médica especializada en tierra firme.
El despliegue operativo se ejecutó con meticulosa precisión. Desde la Estación Aérea Mar del Plata, un helicóptero con personal médico a bordo y un avión de apoyo especializado en misiones de rescate despegaron rumbo a la embarcación. Al arribar a la zona, el helicóptero realizó una maniobra de posicionamiento, permitiendo el descenso de una canasta de rescate en la que el herido fue izado con sumo cuidado.
Una vez a bordo de la aeronave, el tripulante recibió asistencia médica de urgencia durante el trayecto de regreso. En simultáneo, en tierra se coordinaba el arribo de una ambulancia para su inmediato traslado a un centro hospitalario, donde recibiría atención especializada acorde a la gravedad de sus lesiones.
Este dramático episodio no solo resalta la destreza y el profesionalismo de las fuerzas de rescate, sino también la importancia de contar con protocolos de emergencia eficaces en el ámbito marítimo y a bordo de las embarcaciones pesqueras para salvaguardar la vida de las tripulaciones. La rápida intervención y el despliegue articulado de recursos fueron determinantes para preservar la vida del tripulante, reafirmando el compromiso inquebrantable de la Prefectura Naval Argentina con la seguridad en el mar, haciendo de una dramática situación, un procedimiento que desde la finalización de los hechos, hasta parece fácil.