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Según un estudio de la Universidad de Washington se pesca en un 4 por ciento de los océanos y no en el 55 por ciento como se suponía inicialmente. Por medio de trabajo sobre la huella de la actividad pesquera en los océanos, realizada por el Departamento de Ciencias del Mar y la Pesca de la Universidad de Washington, se concluye que ésta se sitúa en el 4% y no el 55%, que era la cifra obtenida a partir de los mismos datos en estudios años más antiguo y que se ha utilizado con frecuencia. Una diferencia enorme, de un orden de magnitud.
El motivo de la diferencia es muy sencillo y de escala: el cálculo de la superficie oceánica en la que se pesca se hizo en todos los casos sobre los mismos mapas, pero para calcularla se aplicaron a dichos mapas cuadrículas muy distintas.
La investigación de la Universidad de Washington emplea una cuadrícula con celdas de 0,01° de latitud y longitud, lo que equivale a una superficie de 1,23 km², en tanto que los cálculos anteriores se hicieron con una cuadrícula con celdas de 0,5°, equivalentes a 3.100 km². Como en el cálculo toda celda en la que se registra actividad pesquera computa, el resultado es que usando con celdas de 0,01° se concluye que se pesca en el 4% de los océanos y con celdas de 0,5° en el 55%. Sin duda, en todo trabajo de este tipoi cuanto menor tamaño tienen las celdas de la cuadrícula utilizada mayor es la precisión de los resultados.
La inmensa diferencia de resultados según que cuadrícula se utilice se puede apreciar en la ilustración, en que se comparan ambos. Tanto es así que no han faltado voces críticas, tanto en la comunidad científica como en el sector pesquero, afirmando que en algunos casos habría un intento de exagerar el problema con la cifra del 55%. De esta manera, Javier Garat, secretario general de CEPESCA y presidente de Europêche, afirmó: “la ciencia y la tecnología nos brindan una capacidad sin precedentes de conocer la realidad de las pesquerías, su estado, su evolución y el impacto de las políticas de sostenibilidad puestas en marcha por distintas flotas, en muchos casos de manera conjunta con grupos medioambientalistas. Desconocemos el objetivo de estas distorsiones de la realidad, pero sí sabemos que no es el de conseguir unas pesquerías equilibradas y saludables”.