En el marco del Proyecto de FAO y la Secretaría de Ambiente sobre manejo ecosistémico se realiza en el INIDEP una serie de charlas sobre la principal amenaza de la pesca. La experiencia chilena y el desarrollo de diferentes métodos para reducir la pesca incidental en Estados Unidos fueron el eje del primer día, informó Revista Puerto.
De las jornadas sobre Enfoque Ecosistémico que llevó a cabo la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable en marzo pasado, surgió el problema de la pesca incidental y el descarte como uno de los focos más críticos que debe afrontar el sector pesquero.
A partir de allí nació la necesidad de crear una Comisión de Bycatch y a propuesta de la cartera de Ambiente, la idea de realizar estas jornadas para abordar el tema de forma integral. Con la participación de todos los actores del sector y expertos extranjeros que aportan su experiencia en la transformación de una problemática mundial de carácter cultural, se desarrolló ayer el primer encuentro.
Funcionarios de FAO, la Secretaría de Ambiente y de la Dirección de Planificación Pesquera de la Nación expusieron sobre la importancia de abordar esta problemática como un paso fundamental para aspirar a un manejo ecosistémico de la pesca, ante un auditorio compuesto por investigadores, armadores, representantes de cámaras empresarias, sindicalistas, líderes de ONGs ambientalistas y representantes del Consejo Federal Pesquero.
Los objetivos planteados durante estas jornadas son revisar aspectos conceptuales y teóricos; conocer la experiencia internacional, repasar la experiencia nacional, debatir y acordar lineamientos y abordar el tema como una problemática tecnológica y cultural.
“Los aspectos ambientales, económicos y sociales no son compartimentos estancos”, señaló Diego Moreno, secretario de Política Ambiental de la Nación, al tiempo que consideró esta una oportunidad para generar una agenda proactiva para dar solución a un tema “que como país no podemos dejar de mirar porque tiene un impacto desde el punto de vista ambiental, ético y de mercado”.
Por su parte el oficial de la FAO, Francisco Jofré, destacó que existe una agenda internacional enfocada en el desarrollo sostenible y destacó la importancia del Proyecto en ejecución en el marco del acuerdo que se acaba de firmar entre el Mercosur y la Unión Europea. “Es un acuerdo que plantea la cuestión ambiental como eje central”, señaló y destacó la importancia que tiene para la comercialización ofrecer productos de origen sustentable.
Las exposiciones de expertos estuvieron a cargo de Christopher Glass, de Estados Unidos, que se refirió a los dispositivos de reducción de captura incidental, su desarrollo, adopción e implementación; mientras que Luis Cocas y Claudio Bernal, de Chile, expusieron la experiencia realizada en su país desde 2013 en un enfoque integral y progresivo para resolver el problema del descarte y bycatch en las pesquerías.
En ambas experiencias se destaca la estrecha relación que mantienen con los pescadores tanto los investigadores como los funcionarios en la búsqueda de soluciones, el financiamiento empresario en la investigación para el desarrollo tanto de artes de pesca como de proyectos y la identificación del problema con transparencia.
Lo más destacable de la exposición de Christopher Glass fue la presentación de una gran variedad de artes selectivas en las que se trabajó en muchas oportunidades junto a los pescadores. Para evitar la resistencia a la selectividad, indicó que las artes “deben ser sencillas, económicas, fáciles de usar y seguras”. Entre las más elegidas por los pescadores se encuentran los dispositivos blandos, es decir redes que permitan el escape sin necesidad de utilizar rejillas que hacen más complejas las maniobras.
También se refirió a la posibilidad de encontrar alternativas a la selectividad como la designación de áreas de veda totales o temporales. En este sentido se destacó la importancia de conocer los patrones de comportamiento de las especies objetivo y acompañantes para desarrollar estrategias de manejo.
“Lo que caracteriza este trabajo es que hay un nivel de aceptación más bajo del esperado por razones financieras y culturales, existe una inercia al cambio”, indicó Glass y sostuvo que para poder resolverlo es necesario abordar el tema de forma holística, entendiendo a las especies y las flotas, sin focalizarse en medidas inamovibles sino generando un trabajo inclusivo.
“Tal vez sea el momento de adoptar un nuevo enfoque con mayor comunicación para desarrollar una nueva cultura y así poder abrazar el cambio. Para lograrlo la colaboración de los socios es fundamental”, señaló en relación a los armadores.
Para la adopción de nuevas artes de pesca, en su caso se involucró, además de los empresarios, a fabricantes de redes, capitanes y pescadores, que trabajaron en forma conjunta. “La comunicación en todas las etapas es obligatoria, si la participación está desde el principio hasta las conclusiones, ellos son los innovadores”, concluyó el especialista.
El trabajo conjunto también fue eje fundamental en la experiencia chilena, según contaron Luis Cocas y Claudio Bernal. Lo primero que se hizo en 2013 también fue identificar el problema y blanquear las cifras de descarte; para ello se puso en marcha un programa de observadores con más de cien hombres embarcados de forma obligatoria en los buques designados de forma rotativa.
La legislación altamente restrictiva, al igual que en nuestro país, lejos de desalentar el descarte lo incentivaba por temor a las multas. Por lo tanto se decidió que por casi dos años no se penalizaría el descarte, mientras la flota era observada exhaustivamente. Esto les permitió conocer las cifras reales de bycatch y desarrollar estrategias de reducción.
“Los objetivos no se logran de un día para el otro, primero se debió profundizar la investigación, luego buscar reducir el descarte en forma progresiva y en tercer lugar fiscalizar de verdad”, indicó Cocas. Para llevar adelante el programa de observadores, se destinaron 2 millones de dólares anuales y eso le permitió contar con datos reales.
No se plantearon como objetivo el descarte cero; de hecho lo consideran una utopía que solo lleva al fracaso. Trabajando de forma conjunta con los capitanes y los investigadores fueron desarrollando medidas tendientes a reducir la pesca incidental. En algunos casos mediante el uso de artes selectivas y en otros flexibilizando la legislación.
Se establecieron para las especies con cuota prohibición total de descarte; en otros casos, como el de los condrictios, la devolución obligatoria, incluso estableciendo protocolos para garantizar la supervivencia y en algunos casos descarte autorizado sobre los que siguen trabajando para minimizar.
Si bien aseguran que en un principio hubo una gran resistencia por parte de los pescadores, la generación de confianza fue dando resultados y lograron finalmente no solo reducir el bycatch y el descarte, sino también colaboración por parte de las empresas en la toma de datos y en el desarrollo de estrategias.
Concluida la primera etapa, con una nueva legislación más acorde a la realidad del sector y con un planteamiento de objetivos alcanzables, ahora llega el tiempo de fiscalizar. A partir del 1 de enero de 2020 los barcos llevarán cámaras a bordo para controlar la operatoria y las multas establecidas para quienes violen la prohibición de descarte van de 2 mil a 20 mil dólares y se aplican tanto al armador como al capitán.
En Argentina hace más de 20 años que se viene debatiendo sobre el uso de artes selectivas sin que se logre el cambio cultural necesario para lograr reducir la pesca de especies acompañantes y el descarte. Ahora existe una mayor participación del sector privado y conciencia de las implicancias comerciales que puede tener un manejo poco sustentable de los recursos. Las experiencias de otros países son un espejo en el que podemos mirarnos y que nos demuestran que si se trabaja de forma conjunta es posible producir ese esperado cambio.