La segunda generó más dudas porque es en dólares y con una tasa bastante alta. Se denomina “Provincia Pesquera” y está destinada a la compra, construcción o refacción de buques pesqueros construidos en el territorio nacional con plazos de hasta 7 años, con tasa LIBOR a seis meses más 8 puntos y un monto máximo por beneficiario de 2.400.000dólares.
Según se comunicó de manera oficial, financia hasta el 70% de la inversión neta de IVA. La línea habilita la hipoteca o prenda naval como garantía y tiene como potenciales clientes a los “exportadores con domicilio en la provincia de Buenos Aires y con permisos de pesca vigentes, cuotas individuales de captura o autorizaciones de captura y demuestren haber exportado en los últimos dos años”.
“No sirve para nada, no sólo porque es cara, sino porque para tomarla tenés que ser exportador”, dijeron empresarios ante la consulta de INFOCIELO. En el puerto marplatense, ser pequeño empresario y ser exportador son características excluyente. La pesca mediana costera tiene como destino el mercado interno. La parte que se destina a exportación sale a través de frigoríficos, con lo cual el sujeto beneficiario del crédito no existe.
Pero lo que genera el verdadero malestar es la falta de definiciones de María Eugenia Vidal respecto de una cuestión que inquieta a los empresarios. Es que, mientras la Gobernadora anuncia políticas de promoción, y hasta Mauricio Macri promueve mediante de DNU la renovación de la flota pesquera, hay fuertes rumores que dan cuenta de que se le acaban de dar al reino de España ventajas para la importación de naves que realizan la pesca del langostino en aguas argentinas.
Así lo sostuvo en las últimas horas el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, luego de una visita por la Argentina, en la que fue recibido por el ministro de Agroindustria, Luis Etchevehere y el subsecretario de Pesca, Juan Bosch.
Al volver a España, el funcionario anunció que se trajo de boca de las autoridades de Gobierno argentino una serie de promesas inquietantes, entre ellas la baja de los aranceles para la importación de buques pesqueros que se dedican a la pesca del langostino en aguas argentinas, del 14 al 7 por ciento, y la extensión de los permisos de pesca por 15 años.
Esto significa en los hechos que empresarios españoles –más precisamente gallegos-, podrán abastecerse del recurso pesquero nacional, a bordo de barcos fabricados en España y que, para colmo, tendrán el beneficio de una rebaja impositiva del 50 por ciento. Razón de más para enojarse, entienden los empresarios del sector, que esperan una desmentida oficial de parte de la administración Macri desde hace más de una semana.