Casi al cierre del año, las partes representativas del sector potero llegaron a un acuerdo de recomposición salarial para la temporada de pesca 2026.
La noticia es un anticipo, aun sin estar homologada y sin consenso de otras cámaras de buques congeladores, en la antesala de una nueva campaña del calamar argentino (Illex argentinus).
La negociación paritaria entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y la Cámara de Armadores Poteros Argentinos (CAPA).
Concluyó con un acuerdo de recomposición salarial que actualiza las escalas del Convenio Colectivo de Trabajo Nro.356/03 para el personal embarcado en buques poteros. La nueva tabla entra en vigencia el 1 de enero de 2026, sustituyendo los valores
previamente establecidos desde el 1 de septiembre de 2025.
Entendimiento
De acuerdo con Pescare. El entendimiento se inscribe en un contexto donde la flota potera ocupa un rol estratégico, concentra la mayor porción de las capturas de calamar y constituye un eslabón decisivo en la cadena exportadora pesquera.
En ese marco, el acuerdo paritario aparece como un instrumento de doble finalidad, recomponer el poder adquisitivo de la tripulación.
Y, a la vez, preservar condiciones de previsibilidad operativa para el inicio de la temporada en una de las especies más rentables del caladero argentino.
Que el año pasado tuvo un notable desempeño de capturas, registrando la mejor marca en el último lustro.
Incremento uniforme sobre los rubros en pesos
De la comparación entre ambas escalas surge un común denominador, la recomposición acordada se aplica de manera lineal y homogénea sobre los conceptos remunerativos expresados en moneda nacional.
En términos nominales, los rubros actualizados –Sueldo Básico, Adicional Art. 32, Puerto Básico, Artículo 19 y Francos Básicos– registran un aumento del orden del 9,09% respecto de la escala anterior.
Manteniéndose inalterada la estructura de categorías y porcentajes internos del convenio (100%, 85%, 80%, 75% y 70%).
Esta decisión no es menor, al evitar cambios de arquitectura salarial y optar por una actualización proporcional, las partes preservan la relación jerárquica.
Y funcional entre roles a bordo, un aspecto de especial sensibilidad en una actividad donde la organización del trabajo es estricta y donde cada categoría cumple tareas críticas para la operación del buque y la seguridad.
Rubros que se mantienen sin modificaciones
Otro elemento distintivo del acuerdo es que no se registran variaciones en dos componentes específicos, el Asegurado en dólares (U$S) y el Incentivo de Producción.
Que permanecen en los mismos valores que regían desde septiembre de 2025.
Esta continuidad es leída en el sector como una señal de estabilidad en los componentes variables y/o dolarizados.
Mientras la recomposición se concentra en la masa salarial nominada en pesos.
En términos de lectura paritaria, el esquema exhibe una lógica clara, recomposición del ingreso fijo en moneda local sin alterar los parámetros que inciden en productividad y garantías.
Elementos que suelen estar vinculados al rendimiento de marea, condiciones del mercado y dinámica exportadora.
En la categoría superior del cuadro, Primer Pescador–Mecánico (100%).
El Sueldo Básico se actualiza de $870.134 a $949.261, mientras que el básico en puerto pasa de $1.740.269 a $1.898.523, y los francos de $2.088.322 a $2.278.227.
En el tramo de Marinero de Planta (70%), el sueldo básico se ajusta de $609.094 a $664.483, el básico en puerto de $1.218.188 a $1.328.966, y los francos de $1.461.826 a $1.594.759.
La uniformidad del incremento en pesos se replica en las categorías intermedias, consolidando una recomposición que, aunque nominalmente acotada.
Se integra sobre rubros estructurales del convenio y por tanto impacta de forma directa en el ingreso regular del tripulante.
Una negociación clave para la temporada: paz social y previsibilidad
Desde la perspectiva del calendario productivo, la paritaria adquiere especial relevancia porque se materializa en un período donde el sector busca asegurar condiciones de normalidad para el despliegue logístico de la flota.
La actividad potera demanda coordinación fina, tripulaciones completas, alistamiento técnico, planificación de mareas y cumplimiento de tiempos operativos.
En ese sentido, el cierre paritario funciona también como un mecanismo de estabilización ya que, reduce incertidumbre laboral y contribuye a un marco de previsibilidad entre armadores y personal embarcado.
Fuentes del ámbito marítimo señalan que la dinámica de negociación se sostuvo sobre dos ejes: por un lado, la necesidad sindical de actualizar salarios frente al deterioro del poder adquisitivo del trabajador.
Por otro, el interés empresario en sostener competitividad y control de costos en un negocio fuertemente expuesto a precios internacionales, combustible, costos portuarios y volatilidad macroeconómica.
El resultado, en síntesis, es un ajuste paritario que recompone los componentes en pesos sin introducir cambios en la ingeniería salarial del CCT 356/03.
Y que arriba con anticipación suficiente para ordenar el escenario laboral de la próxima temporada de Illex argentinus. Para el SOMU, el entendimiento puede leerse como un avance en la actualización del ingreso base.
Y los rubros de mayor peso cotidiano.
Para CAPA, representa una salida negociada que mantiene la estructura del convenio, evita descalces entre categorías y conserva sin cambios los componentes dolarizados y de productividad.
Con la nueva escala ya definida para 2026, la atención del sector se desplaza ahora hacia el desempeño de la temporada: capturas, precios, costos operativos y sostenibilidad del esquema económico de la flota.
En esa ecuación, el acuerdo paritario marca el piso de condiciones laborales con el que se iniciará una de las campañas más relevantes del litoral marítimo argentino