El empresario Fernando Álvarez afirmó que comenzarán a salir los barcos tangoneros congeladores porque la mayoría de las tripulaciones han confirmado que están dispuestas a subir a los barcos y que confía en que no habrá juicios posteriores por reclamos.
A partir de la suspensión de las negociaciones con el SOMU y aunque todavía no existe confirmación de la Secretaria de Trabajo de la Nación de que homologará los acuerdos particulares entre las empresas congeladoras tangoneras y los marineros, los barcos comenzarían a zarpar hacia la zona de pesca de langostino incluso antes del 23 de julio. El empresario Fernando Álvarez confía en que las tripulaciones no harán presentaciones legales para reclamar por el cumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo y asegura que el mayor temor es que el SOMU intente impedir la zarpada de los buques. Espera que con la nueva ecuación económica sea posible vender en el corto plazo las capturas y se plantea buscar formas de promocionar el producto en el exterior para competir con un vannamei cada vez más agresivo,
REVISTA PUERTO: La consulta a los tripulantes se transformó en un tipo de asamblea privada en la que los marineros manifiestan si están de acuerdo o no en salir con un ajuste salarial. ¿Qué resultado arroja hasta ahora esa votación?
FERNANDO ALVAREZ: Las tripulaciones están todas dispuestas a salir, quieren salir todos, pero también, por otro lado, no saben si el SOMU no los va a apretar. Ellos quieren salir, pero algunos ya me han llamado y me dicen que quieren salir pero que los están apretando. Entonces hemos denunciado ya esas cosas como para que haya seguridad de la Gendarmería en el puerto y que se arbitre lo que sea necesario para darle seguridad a la gente. Vamos a ver lo que pasa, quizás están amenazando y luego no hacen nada, muchos dicen que no van a intervenir porque no deben querer pelearse con sus afiliados, pero siempre hay loquitos. Tienen el grupo de patoteros que van en contra, no van a estar apretando Durdos o Navarro o Zapata, pero por ahí mandan a Valenzuela o al grupito de matones que tienen.
RP: ¿Entonces arranca la temporada para los congeladores?
FA: Sí el 23 o antes. Todo el mundo se está preparando para largar el día 23, lo tendrá que decir cada empresa, pero por lo que hemos hablado y comentas con un o con otro, la mayoría va a sacar casi todos los barcos porque tienen confirmadas las tripulaciones y una vez que vean el movimiento, sacarán todos sus barcos. Yo voy a sacar todos los barcos, si puedo voy con todo afuera y si me falta alguno pues buscaré gente para subirla y ya está. Pero los barcos míos firmando el nuevo acuerdo van a estar todos en el mar.
RP: ¿Entonces no se tratará de una mayoría de relevos sino de tripulaciones efectivas?
FA: Hemos citado a todas las tripulaciones efectivas porque es lo primero que tenemos que hacer, dentro de las tripulaciones efectivas también hay algún relevo, porque son gente que está en ese barco y como son respetuosos de la relación, también van a subir. Si los efectivos no quieren subir, porque están en todo su derecho, automáticamente se llama un relevo que se sube sin escalas al barco. Es importantísimo tener en cuenta que cuando se acaba la temporada en octubre, hasta marzo o abril del año siguiente no se hace nada. No se puede hacer nada, no se puede pescar, no se puede generar ingreso para la tripulación de ninguna forma, exceptuando algún caso como el mío, que llevo algunos marineros clasificadores a Rawson. Pero en las demás compañías los marineros acaban el 1 de octubre, se bajan y se van a casa hasta que se abre aguas nacionales, incluso algunas empresas hasta junio no arrancan y se quedan parados. O sea que, los que no salgan este año, van a estar un año y pico sin cobrar nada. Me parece tan injusto no darles la oportunidad de que hagan dos mareas, tres, las que fueran cada uno y que se metan una plata que diga bueno, por lo menos tenemos con que aguantar, tenemos comida en la alacena. Pero de esta forma que los lleva el SOMU, los va hacer cagarse de hambre.
RP: Todavía no se sabe si la Secretaria de Trabajo homologará los contratos particulares y aunque así lo hiciera, al subir las tripulaciones con este acuerdo de baja del 22%, se asume el riesgo de que más adelante pueda haber juicios por parte de las tripulaciones.
FA: Asumo el riesgo porque confío en mi gente. Así de claro. Yo confío en que el que se presente, firme y se suba a trabajar, sabe lo que va a cobrar y sabe lo que va a buscar, por lo cual confío en ellos, confío en que no andarán jugando como otra gente juega a vivir de la industria del juicio. Por eso mismo lo hago, quitando casos particulares que son la excepción que confirma la regla, la gente que lleva conmigo un montón de años no quiere quilombos y entiende la situación de la empresa.
RP: Es probable que desde el SOMU se incentive a tomar medidas de este tipo.
FA: El SOMU los puede querer llevar para un lado, para otro y tampoco son idiotas, si tienen la posibilidad de ganar más, se van a quedar de ese lado. Pero cuando las papas queman o cuando está la realidad y se impone, son de Conarpesa, no son del SOMU, son mis marineros, son tripulaciones de Conarpesa, repito, no del SOMU. Por eso yo confío en ellos, en que no me van a hacer juicios y si me hacen juicios los tendré que asumir y pagar a mi riesgo. Ese es el riesgo empresario. Si el SOMU cree y está convencido de que con esos juicios me van a cobrar con intereses lo que ahora no les pague, fantástico, que se echen a un costado y los dejen subir al barco y cuando bajen les asesoren legalmente con sus abogados cómo hacer y el que quiere que haga el juicio, el que no, no. Porque el juicio no lo va a hacer el SOMU, el juicio lo tiene que hacer individualmente cada marinero. Vuelvo a repetir, yo en mi gente confío, son mis empleados, no los del SOMU. Llevan treinta años conmigo, no treinta años a cargo del SOMU.
RP: Se habla lógicamente de todo lo que ha perdido el marinero en este tiempo. ¿Las empresas cuánto perdieron?
FA: No perdimos, ganamos. Yo no perdí, no siento que haya perdido nada. Le preguntaba el otro día a uno de mis socios qué hubiera pasado si hubiera salido a pescar como siempre cuando se abre el norte, ahora mismo estábamos con las cámaras llenas, me contestó. Así que el estar parados lo que nos va a permitir es que cuando salgamos por ahí tenemos suerte y al haber menos cantidad podemos pelear un poco más los precios, por lo menos lo que pesquemos, venderlo y no tenerlo guardado en una cámara. El problema que tenemos ahora mismo y sobre todo desde el año pasado la mayoría de las compañías, no las de las multinacionales, es que estamos desfinanciados y no tenemos el poder de bancar económicamente grandes stocks, con lo cual lo que pesquemos tenemos que salir a venderlo ya al precio que paguen. Todos vamos a salir así, unos aguantarán más, unos menos, pero todos vamos a salir a hacer dinero porque nos hace falta dinero, no langostino. En las cámaras de España todavía queda del año pasado, así que, en mi caso, no perder es ganar. Así que nosotros hasta el momento ganamos.
RP: ¿Tienen temor de haber dañado mercados por no poder cumplir o que el vannamei haya avanzado en lugares donde todavía se mantenían?
FA: Efectivamente todos tenemos miedo, porque encima vemos declaraciones de cámaras que agrupan a empresas y a comunidades muy grandes del vannamei diciendo que van a redoblar esfuerzos para difundir el producto, como les bajó el precio por el gran volumen que hacen, van a hacer supercampañas para promocionar su producto y nosotros tendremos que ir a la par, hacer las nuestras. De hecho, en España ya se están haciendo y vamos a tener que cambiar y ponerle un poco de imaginación de cómo vender. Por supuesto que estamos preocupados, pero ese es mi problema, ha sido mi problema durante treinta años, no es de ahora, hace treinta años que pesco langostino y lo vendo. Hay años mejores y años peores, ahora estamos en una época malísima y no se vislumbra nada bueno a corto plazo. Gracias a Dios tenemos captura y podemos trabajar. Mi problema hoy es pescar, cuando llegue la mercancía y la descargue en Madrid o donde fuere, ahí va a empezar mi otro problema, a ver dónde, cómo y de qué forma la vendemos lo más rápido posible, porque la gente tiene que cobrar y no me va a esperar dos meses a que yo venda. Entonces tengo que vender rápido para poder pagarles lo que han ganado en la marea cuando bajen, que mucha falta les va a hacer.
Fuente: Revista Puerto