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Puerto Mar del Plata
La empresa Goodfilm espera certificaciones finales de SENASA para producir un polímero en base a caña de azúcar y maíz que puede utilizarse en la industria pesquera para disminuir el uso de plásticos.
En paralelo al trabajo de los investigadores del INIDEP que indagan y analizan la presencia de microplásticos en aguas costeras del litoral marítimo argentino, dos emprendedores de Mar del Plata vienen trabajando desde hace cuatro años en la creación de un filme que sea soluble en agua de modo de poder reemplazar mucho del plástico que utiliza la industria pesquera en sus distintas etapas de producción y exportación.
Raúl y Roberto Errobidart son los responsables del proyecto que ya se encuentra en etapa final, a la espera de las certificaciones de SENASA como material de empaque para comenzar con la fabricación en el Parque Industrial de General Alvarado.
“Lo primero que hay que señalar es que el origen del filme no es termoplástico, como el polipropileno o el polietileno, que no son solubles por su composición. Nosotros trabajamos con un polímero, es otro origen químico, que tiene un alto componente orgánico, derivados del maíz, de la caña de azúcar. Ahora cuando pongamos en marcha la fábrica probaremos con residuos de papa”, cuenta Raúl acerca de Goodfilme; así se llama el producto que lanzarán al mercado.
El filme nace de un pélet que luego se convierte en el filme a partir de un proceso de soplado en el que el producto es sometido a distintos procesos. “El filme ofrece excelentes propiedades de sellado, una barrera contra el oxígeno y es completamente soluble incluso en agua fría y ningún componente es tóxico. Una vez disuelto el material se puede volcar a la red de cloacas y en menos de tres meses se descompone y en seis meses se convierte en un abono natural”, revelan desde la empresa.
“Es un producto más gomoso, parecido a un látex que sin embargo admite su impresión con tintas degradables e inocuas para el medio ambiente. Los calibres disponibles van desde 25 hasta 110 micrones y con anchos hasta de 1000 mm”, agregan.
La industria pesquera utiliza filme en varios eslabones de la cadena productiva: en el embalaje de productos con destino a exportación, es de plástico el envoltorio del “chorizo” que contiene la pasta del descarte en la flota congeladora. También en el interfoliado de merluza congelada.
“Creemos que es importante para una empresa trabajar con productos amigables con el medio ambiente. Este producto no genera basura en el exterior. El cliente de productos pesqueros exportados desde aquí podrá hacer un manejo adecuado de esos residuos porque no contaminan”, remarca el emprendedor.
Cuando arranque la producción la fábrica tendrá una capacidad para entregar 90 toneladas mensuales de filme, que se duplicará antes de fin de año. Errobidart revela que esta tecnología solo se aplica en Chile, donde el proceso está en una instancia similar de desarrollo.
La utilización de filmes solubles demanda un costo superior a la utilización de termoplásticos dado que se produce a una escala mucho menor. “Cuesta casi el doble del que se utiliza ahora aunque podremos bajarlo cuando incrementemos la producción y se industrialice la producción del pélet. De todas maneras es un elemento que no impacta tanto en el precio final del producto”, señala Errobidart.
El material saldrá al mercado con el sello de Goodfilme y el aviso, en seis idiomas, sobre su capacidad de diluirse y en qué tipo de agua, fría o caliente.
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