Tras el aval a su iniciativa, el senador nacional por Chubut, Alfredo Luenzo, afirmó que “el 40% de la pesca se descarta y parece que a nadie le importa su impacto en una actividad que le da empleo a 50 mil familias”.
Con el impulso legislativo del legislador electo por el dasnevismo, el Senado de la Nación aprobó un pedido de informe al Poder Ejecutivo para que brinde detalles relacionados con la existencia de pesca incidental o acompañante que es descartada por la flota pesquera comercial que opera en el caladero argentino y cómo está afectando esta situación a las especies ictícolas que se presentan en esa zona, así lo informó el Patagónico, en su portal web.
El proyecto de Luenzo subraya que se ha reducido “a su mínima expresión las presencias de inspectores de pesca durante la gestión del actual subsecretario de Pesca”.
Asimismo, la iniciativa indica que se están utilizando actualmente “redes de pesca inadecuadas” y que frente a esta situación hay “una autoridad de aplicación bastante laxa con los controles sobre las mismas”.
Por consiguiente, pide indicar la cantidad mensual estimada de descarte de pescado producida por la flota pesquera comercial, cómo se determina dicha cantidad y qué metodología se utiliza.
Al respecto, el senador nacional por Chubut sostuvo que “los entre 500 y 600 barcos pesqueros legalmente habilitados para capturar peces en el mar están devolviendo a las aguas en promedio el 40% de lo que sus redes recogen”, y resaltó que “dado que en la actualidad el grueso de la actividad extractiva se centra en el langostino, se están generando conflictos como consecuencia de políticas inadecuadas para ordenar la actividad”.
En ese sentido, el legislador detalló que “en 2018 se capturaron 220.000 toneladas solo de langostino, por un importe equivalente a 2.500 millones dólares y a esto hay que agregar otras especies que totalizaron una captura en el año de 800.000 toneladas de las cuales el 40% se descarta”
“Parece que a nadie le importa el impacto que tiene en una actividad que genera puestos de trabajo directos para unos 25.000 pescadores y a los que hay que agregar el empleo indirecto (empleada en las plantas procesadoras y distribuidoras en tierra) es decir unas 50.000 familias viven de la actividad”, afirmó.