Un programa quinquenal financiado por el fondo para el medio ambiente mundial (fmam), de 50 millones de dólares, puesto en marcha por la fao y sus asociados, ha logrado progresos notables en la protección de la biodiversidad de las aguas internacionales
El Programa ABNJ de Océanos Comunes se centra en las áreas fuera de la jurisdicción nacional (ABNJ, por sus siglas en inglés), también llamadas aguas internacionales, que cubren el 40 por ciento del planeta y comprenden casi el 95 por ciento del volumen de los océanos.
Mantener las aguas internacionales saludables y preservar su rica biodiversidad ha sido durante mucho tiempo un desafío para estas áreas marinas que no son responsabilidad de ningún país.
El Programa ha conseguido una amplia y singular alianza para afrontar este desafío, promoviendo la gestión sostenible de los recursos pesqueros y prácticas basadas en el ecosistema, con algunos resultados sobresalientes. Se espera poder ampliar esta iniciativa para seguir salvaguardando la biodiversidad marina y contribuir a los objetivos y aspiraciones mundiales de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y el Marco global para la biodiversidad post-2020.
Los hitos más importantes alcanzados hasta la fechas se resumen seguidamente:
Ocho de las 13 principales poblaciones comerciales de atún ya no sufren sobrepesca
Entre 2014 y 2019, el número de las poblaciones importantes de atún que sufrieron sobrepesca se redujo de 13 a 5. Esto significa que ocho poblaciones de estos peces se están reconstituyendo para alcanzar un nivel saludable.
Entre 2014 y 2019, el número de las poblaciones importantes de atún que sufrieron sobrepesca se redujo de 13 a 5. Esto significa que ocho poblaciones de estos peces se están reconstituyendo para alcanzar un nivel saludable.
Para que esto suceda, el Programa ABNJ de Océanos Comunes reunió a científicos y responsables pesqueros para desarrollar estrategias y procesos de captura de atún sostenibles y transparentes, basados en ejercicios de simulación por ordenador. Esto les ayudó a establecer y aplicar límites de captura del atún más sostenibles.
Cada año se pescan en el mundo casi 6 millones de toneladas de especies de atún. El valor anual de esta actividad es de casi 12 000 millones de dólares EEUU. La elevada demanda, combinada con el excesivo número de buques pesqueros, hizo que las poblaciones de atún se vieran sometidas a una inmensa presión.
Reducción de las capturas incidentales y de la contaminación marina
Los ajustes de los aparejos de pesca, como la colocación de las redes de enmalle dos metros más profundas, así como la formación sobre cómo proteger las especies amenazadas, han ayudado a salvar a los mamíferos marinos, principalmente delfines y tortugas marinas.
Por ejemplo, entre 2013 y 2018, la tasa de mortalidad de los mamíferos marinos capturados por la pesca con redes de enmalle paquistaníes en el norte del mar Arábigo se redujo en un 98 por ciento; de 12 000 en 2013 a menos de 200 en 2018.
La reducción de las capturas incidentales también fue posible gracias al uso de redes que no son de enmalle y dispositivos de concentración de peces, los llamados DCP, más respetuosos con el medio marino.
Antes del Programa, no existían directrices sobre los DCP para los océanos Atlántico, Índico, Oriental y Pacífico o Pacífico Occidental y Central. En 2019, todos ellos tenían directrices sobre los DCP.
El Programa desarrolló y probó diseños de DCP que no son de enmalle y respetuosos con el océano, y llevó a cabo talleres con más de 2 500 pescadores de 22 países sobre técnicas de mitigación de las capturas incidentales.
Para reducir aún más la contaminación por plásticos en el mar, se están realizando estudios sobre el uso de materiales biodegradables para los DCP.
Creación de 18 nuevas zonas para proteger ecosistemas marinos vulnerables
Entre 2014 y 2019, el Programa ayudó a establecer y proteger ecosistemas marinos vulnerables en 18 nuevas zonas, que albergan especies de aguas profundas como corales y esponjas. Esto significa que estas zonas han sido cerradas a la pesca.
Dos de los sitios se encuentran en el Océano Pacífico, cinco en el Océano Índico meridional, uno en el Pacífico meridional, siete en las aguas internacionales alrededor de la Antártida y tres en el Mediterráneo.
Concienciar sobre los retos de los océanos para reforzar la toma de decisiones
Compartiendo experiencias, mostrando soluciones innovadoras y adquiriendo una comprensión más profunda de los complejos asuntos en juego en aguas internacionales, el Programa también estableció un grupo de Líderes Regionales de las ABNJ.
Lograr poner en contacto a representantes y responsables de la toma de decisiones de 34 países y de diversos sectores fortaleció su capacidad para participar en las negociaciones en curso para contar con un nuevo instrumento internacional jurídicamente vinculante en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional (ABNJ).
La alianza que respalda el Programa
La FAO colaboró con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el Banco Mundial, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las organizaciones regionales de ordenación pesquera de túnidos y aguas profundas, la sociedad civil, los gobiernos nacionales, el sector privado y las organizaciones no gubernamentales, en total más de 60 asociados, para poner en marcha el programa financiado por el FMAM.
Para el objetivo de abordar el vínculo crucial entre el medio ambiente y los sistemas alimentarios sostenibles, el FMAM es un socio cada vez más importante para la FAO, que hace hincapié en la innovación, el sector privado y las soluciones basadas en sistemas integrados. Hoy, la FAO gestiona una cartera del FMAM por valor de casi 900 millones de dólares EEUU, lo que representa más de 190 proyectos en más de 130 países.
En la reunión del Comité directivo mundial de las ABNJ (29 y 30 de enero en Roma), se están debatiendo las posibilidades de ampliar el Programa, todo ello con el fin de seguir fortaleciendo la gobernanza en las aguas internacionales y reforzar las medidas de lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (pesca INDNR), y mejorar la coordinación entre todos los interesados en el uso sostenible de las aguas internacionales.