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La renovación que propone Cambiemos para la pesca: el menemismo entreguista de los 90.
Se los dijo, infundiendo temor, el Subsecretario de Pesca a los investigadores del INIDEP que ayer viajaron a Buenos Aires. Sin embargo fuentes del Ministerio de Hacienda confirmaron que no habría reducción de personal. Pero la bomba ya fue lanzada por el propio Juan Bosch.
Un Subsecretario de Pesca que atiende a los investigadores apoyado en un bastón porque se lesionó el fin de semana esquiando, es una imagen que por sí misma insulta; sobre todo, cuando sin ponerse colorado los mira y les dice que lo que se viene es el ajuste.
Así comenzó la jornada de los investigadores que ayer viajaron a Buenos Aires para repudiar la designación de Fernando Georgiadis como director del INIDEP, por sus actos autoritarios y por el vaciamiento del Instituto que intentó llevar a cabo en 2001, cuando el gobierno de la Alianza había caído en desgracia y recurría a Domingo Cavallo como ministro de Economía.
Causa escozor ver las tristes similitudes en la forma de proceder del gobierno de Cambiemos con el fin de la Alianza. Georgiadis, un abogado de origen cavallista que llegó al INIDEP con el fin de ajustar y reducir al máximo la planta de investigadores y técnicos, si no llegó a hacerlo en 2001 como sí lo hizo en los noventa, fue porque terminó expulsado en el “que se vayan todos”. Para el actual gobierno parecía ser la persona ideal para cumplir los mismos objetivos.
“Sea el director que sea el que pongamos, el recorte es lo que se viene y lo que va a pasar”, les dijo el Subsecretario de Pesca a los investigadores con los que ayer se entrevistó y lo repitió varias veces: “Lo que se viene es el recorte y es imparable”.
Con la discapacidad de empatía que se le conoce, les dijo: “Ustedes ya lo vivieron, saben de qué se trata y ese es básicamente el objetivo próximo”. Cuando un funcionario no puede imponer respeto busca infundir miedo y ese parece ser el único recurso con el que cuenta Juan Bosch.
Solo por el placer de atemorizar dejó partir a jefes y jefas de familia con el temor de perder sus fuentes de trabajo. Recordemos que el INIDEP tiene a más de 200 de sus investigadores en una situación irregular, con contratos desde hace más de 30 años en algunos casos. “Bosch bien sabe que el ajuste en el Instituto no implica el despido de personal”, confirmó una fuente del Ministerio de Hacienda a este medio.
Pero luego de la actitud hostil del Subsecretario de Pesca con los investigadores, resulta difícil generar confianza y seguramente los ministerios involucrados, de Agroindustria, Economía o Modernización, deberán confirmarlo para acercar tranquilidad a un INIDEP que, en lugar de estar concentrando sus energías en la investigación de los recursos, debe perder tiempo en asambleas para defender el capital humano y evitar que se nombre a personajes que mucho mal le han hecho al Instituto en épocas de Domingo Cavallo.
Los investigadores no lograron entrevistarse con el ministro de Agroindustria, Luis María Etchevehere, pero le dejaron en su despacho la carta en la que ponen de manifiesto que por ley el INIDEP debe ser conducido por una persona relacionada con las Ciencias del Mar y recuerdan lo nocivo que fue Fernando Georgiadis para la institución.