Puerto Mar del Plata

Soplan vientos de cambio para Mar del Plata y su Distrito de Pesca

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Cambio para Mar del Plata. La estructura de controles del puerto marplatense cuenta con más de treinta inspectores y un jefe en edad de jubilarse. Desde el gobierno pretenden hacer cambios en estos días. Muchos armadores elevaron sus quejas y parece que la caja puede cambiar de manos.

Mas o menos a mediados de 2003 me encontré con ‘El Gato’ Novero en un acto político en el que el sindicalista marplatense movilizaba a sus afiliados del SiMaPe en apoyo a la candidatura de Felipe Solá para gobernador de la provincia de Buenos Aires. Era raro, hasta ese momento nadie le había hecho más daño a la industria pesquera argentina, en toda su historia, que Felipe Solá, según publicó Revista Puerto.

Novero y su gente habían movilizado poco tiempo antes en contra del enemigo público número uno de la pesca: el nombrado Felipe Solá. Se lo reproché. “¿Qué pasó, Gato, que cambiaste de idea?”. “No te confundas –me respondió– los que cambian son ellos, nosotros siempre estamos”.

Desde ese momento hasta el presente el SiMaPe siempre está y disputa con éxito la representación de los marineros marplatenses que reparte con el gremio madre, el SOMU. Pero no solo representa marineros, también entre sus filas se enrolan varios de los inspectores del Distrito de Pesca de la Dirección Nacional en el puerto marplatense.

Esto pasa desde siempre, el SiMaPe ha estado involucrado en los controles desde poco después de su nacimiento hasta el presente. Tan es así que, desde el mismo inicio de su gestión como Subsecretario de Pesca de la Nación, Juan Antonio López Cazorla le confió la delegación nuevamente al SiMaPe por su buena relación con Pablo Trueba, Secretario del gremio.

Verticalista al fin, Trueba delegó en sus referentes históricos la responsabilidad de manejar el cuerpo de inspectores marplatenses de manera tal que, en la práctica, los que manejan esa caja son Juan Domingo Novero, su pariente Emilio Puerto y el famoso “Pato Gordo”, el Pato De Negris.

Corrupción en los controles del puerto hubo siempre, a veces estuvo muy organizada y a veces la cosa se desmadra como en estos días. Para ser claros, no es que ahora estén robando más que antes, sino que da la sensación de que la cosa está medio descarrilada porque, cuando esas cosas pasan, cuando cada uno hace lo que quiere, es que los armadores empiezan a quejarse y esas quejas salen de los límites del puerto.

Esta vez hay quienes se quejaron en Buenos Aires y hasta habrían contado con lujos de detalles las tarifas que se estarían cobrando por los diferentes “servicios”. Según dicen, y siempre en el terreno de las conjeturas, porque ninguno pone la cara ni hace la denuncia, el romaneo que se hace en el muelle para clasificar especies tendría un costo de $100.000 y si se trae pescado a granel el precio se pacta en $1000 el cajón.

Para subdeclarar merluza, por ejemplo, el precio sería de $35 por kilo que se descuenta de cada cajón y de $1200 el cajón. El precio del cajón de raya, como el de calamar, andaría cerca de los $1600 y el abadejo dicen que sale algo más, a raíz de $2000 por cajón en muelle y otros $2000 para los jefes. Algo similar estarían cobrando por el kilo de langostino, $2000 el cajón en muelle y otros $2000 arriba. El kilo de langostino que no se declara se pactaría entre $50 y $60. Eso dicen.

Por supuesto que todo lo antes dicho es muy difíciles de demostrar, como difícil es demostrar que cobran también para certificar falsamente que se desembarca calamar para reprocesar en tierra. Lo cierto es que el calamar nunca llega a las mesas de trabajo y las autoridades lo justifican. Con lo cual no es raro imaginar que eso también tiene su precio.

Así las cosas, se rumorea que el flamante Director Nacional de Pesca, un tal Arturo Idoyaga Molina, introduciría cambios en todo el sistema de controles del distrito marplatense. Se habla de despidos de inspectores y de jubilación de algún jefe. Varios armadores vienen protestando y haciendo oír sus reclamos: la mayoría se quejan de lo que tienen que pagar por cada cosa en épocas como esta de falta de rentabilidad, pero no es el único punto conflictivo, otro de los pataleos más nombrados es la bronca que tienen varios armadores con su par, el empresario Saverio Romano, a quien tildan de ‘buchón’ de López Cazorla en el muelle marplatense y de que no paga nada de lo que los demás pagarían por esa relación cercana con el Subsecretario de Pesca. También le critican el ingreso por la ventana a la prospección de abadejo y gratuitamente.

En estos días habrá novedades, se espera que algún funcionario se traslade desde Buenos Aires a Mar del Plata para introducir cambios. La verdad, nadie espera que se termine con las dádivas en el puerto marplatense, eso nunca pasó ni pasará, la limosna es grande y los sueldos son muy bajos. Sí se espera que por lo menos la cosa se encauce y que no sea tan obscena. Veremos.