Eduardo Boiero es el presidente de CAPeCA, la cámara que nuclea a la mayor parte de los tangoneros históricos que desarrollaron la pesquería. En esta entrevista habla sobre la cuotificación del langostino, no solo como una deuda legal de la administración sino como una forma de ordenar, dar previsibilidad y evitar situaciones injustas.
Una vez que ha quedado en claro que la cuotificación del langostino no solo es posible desde el punto de vista biológico, sino que además es considerada una herramienta muy beneficiosa para ordenar la pesquería, la opinión de los principales actores del sector comienza a dar forma a un debate necesario. El primero en tomar la palabra es Eduardo Boiero, presidente de CAPeCA. Los tangoneros de su cámara son los que dieron inicio a la pesquería, los que cuentan con permiso de langostino y una historia de capturas indiscutida que los deja en las mejores condiciones ante una posible cuotificación. Sabe que no será sencillo ponerse de acuerdo con los nuevos actores que han ingresado a la pesquería, pero cree que ha llegado el momento de dar el paso porque la Ley Federal de Pesca lo ordena y porque el recurso lo requiere para abandonar de una vez la pesca olímpica en el principal recurso de la industria pesquera argentina.
¿Se debe cuotificar el langostino?
Sí, es lo que corresponde legalmente. La ley Federal de Pesca vino a cambiar el régimen olímpico de pesca que rigió hasta ese momento, por un régimen de cuota o de asignación de captura que son los que están previstas en la ley; no necesariamente tiene que ser como la de merluza que fue con un porcentaje de TAC (captura máxima permisible). Lo que la ley premió fue la historia de los permisionarios para las asignaciones; tanto en personal ocupado como en producción y capturas históricas con relación a esa especie.
¿Qué método considera que se debería aplicar al langostino?
Creo que el régimen de cuotas es un mejor sistema para administrar el recurso, tanto para la administración como para los administrados. Si uno ve cómo está funcionando el sistema de merluza más allá de unas excepciones que están en discusión, en general funciona muy bien; da previsibilidad, las empresas se pueden administrar mucho mejor, se evitarían seguramente estas carreras de pescar todo cuanto antes. En los últimos años se ha acortado mucho la temporada y eso hace que se genere una carrera por pescar lo más rápido posible y eso ha tenido consecuencias no deseadas con comportamientos que fueron cuestionados. Desde los dos puntos de vista, de la administración del recurso y desde el legal, es lo que corresponde y lo que se debería hacer.