Después del José Américo, el armador marplatense incorpora el BP José Marcelo que pronto será botado en Vigo. El astillero Armon informó que mide 47 metros de eslora total, pero en la transferencia del permiso Bosch asegura que son 39,95 de eslora de arqueo. Posible falsificación de documento público.
José “Pototo” Moscuzza todo lo puede. El año pasado logro ingresar el José Américo, un barco cuyas medidas y potencia de motor no coincidían con el proyecto aprobado; pese a ello no solo se le permitió pescar de forma ilegal sino que además lo dirigió al langostino incumpliendo todas las normas que regulan esa pesquería. Ahora acaba de conseguir un nuevo permiso de la mano de la administración pesquera nacional.
El José Marcelo, de ese barco se trata ahora, ya cuenta con el proceso administrativo preparado por el lobby que de manera eficiente ejerce Oscar Fortunato, hombre de CEPA y representante del Poder Ejecutivo en el Consejo Federal Pesquero.
Moscuzza incorporará a la matrícula nacional un nuevo barco gemelo del José Américo, según describen Armon, el astillero que lo construyó en Vigo, España, en el portal www.industrianavalgallega.blogspot y El Faro de Vigo, entre otros. “Se trata de un buque pesquero de altura congeladores IMO 9872743 de 47 metros de eslora”, describe el astillero de la nueva embarcación.
El barco reemplazará al Don Luciano, un fresquero de 48 metros botado hace más de 50 años que pertenecía al Grupo Caputo y que en un trámite exprés lograron justificar su inactividad comercial de más de cuatro años. Su última marea data de febrero de 2015.
Por el fin de vida útil, la transferencia del permiso de pesca del Don Luciano al buque José Marcelo quedó plasmada el 31 de julio pasado, pero tomó estado público en los últimos días. Mediante la Disposición 299/2019, bajo expediente 45620448 con la rúbrica del subsecretario de Pesca, Juan Manuel Bosch.
Del acto administrativo de la autoridad pesquera, al que tuvo acceso REVISTA PUERTO, brota una colección de singularidades. En principio aclara que el buque operará como “fresquero”. Luego adelanta las medidas que tiene la nueva embarcación, las cuales no coinciden con las medidas reales del buque que informó el propio constructor Armon.
En la Disposición firmada por Bosch queda establecido que el buque a incorporarse a la pesquería tiene 39,95 metros de eslora de arqueo, 11,10 de manga, 6,90 de puntal, 440 metros cúbicos de bodega y una potencia de 1100 Kw.
El Don Luciano contaba con una autorización de captura para todas las especies con exclusión de aquellas sometidas al régimen de administración mediante cuotas individuales transferibles de captura (CITC). El buque cedente del permiso contaba con el 0.6168% de la captura máxima permisible de merluza.
Parece evidente la maniobra de Moscuzza en connivencia con el subsecretario de Pesca de la Nación Juan Manuel Bosch; mentir con los metros del buque para poder ingresar a pescar langostino en aguas nacionales. Pero parece grosera la diferencia entre lo que señala la Disposición y lo que informa el astillero constructor.
La Resolución 7/18 del Consejo Federal Pesquero aprobada en mayo del año pasado establece claramente que para ingresar a la pesquería de langostino el barco debe tener una eslora de arqueo inferior a los 40 metros y una potencia de motor que no supere los 2000 HP. El José Marcelo mide 47 según el astillero y su eslora de arqueo difícilmente pueda ser inferior a 44 metros. Sin embargo, el Subsecretario Bosch firmó que la misma es de 39,95 metros.
Recordemos que antes del José Américo la reglamentación vigente ponía el límite de 40 metros de eslora total para ingresar a la pesquería de langostino (Res. 1113/1988). Luego y con el objetivo de beneficiar a Moscuza, Solimeno y al Grupo Giorno, la reglamentación se modificó para considerar la eslora de arqueo en lugar de la eslora total. Pero ni aun así el José Americo cumple con ese límite, ya que mide más de 44 metros de eslora de arqueo, ni con la potencia máxima exigible de 2000 HP y pesca ilegalmente desde su ingreso al país.
Todo indica que el José Marcelo sufrirá el mismo fenómeno de acortamiento mientras cruza el océano Atlántico para incorporarse a la matrícula nacional y ajustarse a la Disposición 299 firmada por Juan Bosch.
Moscuzza ha sido capaz de repetir el milagro. Siempre bajo la atenta y cómplice venia del secretario de Agroidustria Guillermo Bernaudo, el Subsecretario de Pesca y compañía. Las autoridades nacionales siguen promoviendo un desmanejo pesquero al que no se le advierten límites.
La historia de Moscuzza y los permisos de pesca ilegales no es nueva y tocó su punto más escandaloso en la década de los noventa en plena fiesta menemista. Felipe Solá era el Juan Manuel Bosch de aquella época obscena. En aquel entonces un cambio de gobierno promovió una investigación sobre lo sucedido, aunque la justicia hizo su trabajo solo en parte.
Las circunstancias son muy similares a las actuales, solo nos queda esperar que un cambio de gobierno ponga fin a tantas irregularidades y que esta vez sí, la justicia cumpla con su función.