El sector de la pesca fija sus objetivos para el 2020 basados en un compromiso con el medio ambiente y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, lo ha asegurado Javier Garat, secretario general de la Confederación CEPESCA. También indicó que en este nuevo año se seguirá la senda de los hitos conseguidos en 2019, con un marcado carácter ambiental y social.Determina que este sector es de vital importancia para el mantenimiento de los recursos pesqueros y también para la alimentación segura y de calidad.
Además, desde CEPESCA recuerdan que esta es una actividad esencial para la alimentación humana y que se distingue por registrar una huella de carbono inferior a la de otros sectores primarios. Así, la Confederación tendrá muy presentes estos objetivos a lo largo de todo el año, enfocados también en la normativa comunitaria en esta materia.
Plan estratégico
Además, el secretario general de CEPESCA señala como otra cuestión importante la ratificación del Convenio 188 de la Organización Internacional del Trabajo sobre condiciones de trabajo a bordo de los buques pesqueros. En ese sentido, asegura que han puesto en marcha un plan estratégico del ámbito social para mejorar las condiciones de los trabajadores y para fomentar el trabajo en la pesca.
El año 2019 ha sido importante y de transición para el sector pesquero de España. A lo largo de sus 12 meses hemos liderado el camino hacia el cumplimento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular el 14, “vida submarina”, el 2, “hambre cero” y el 8, “trabajo decente y crecimiento económico”.
Con relación al 14, hemos defendido de forma activa la sostenibilidad de la pesca extractiva y la protección de los ecosistemas marinos. En la actualidad, en el Atlántico Nordeste, cerca del 100% de las poblaciones de peces se están explotando en niveles de rendimiento máximo sostenible (RMS). Así mismo, hemos continuado con nuestro trabajo de lucha contra la pesca ilegal, presentándonos, por ejemplo, como acusación popular en la “Operación Tarantelo”. Y hemos seguido defendiendo en el ámbito europeo e internacional que los subsidios pesqueros no sean dañinos.
Por lo que se refiere al objetivo 2, conviene recordar que la pesca es una actividad esencial para la alimentación humana y que se distingue por registrar una huella de carbono inferior a la de otros sectores primarios. Gracias a nuestra labor, estamos contribuyendo a la seguridad alimentaria y a alimentar al mundo con la proteína animal más saludable que existe, con la que nosotros llamamos “la proteína perfecta”. Solo las capturas de la flota española ofrecen cada día más de 10 millones de raciones de pescado saludable a los consumidores.
Por último, con relación al objetivo 8, hemos promovido la ratificación del Convenio 188 de la OIT sobre condiciones de trabajo a bordo de los buques pesqueros y hemos puesto en marcha un plan estratégico del ámbito social con el fin de contribuir a mejorar las condiciones de los trabajadores y para fomentar el trabajo en la pesca. No hay que olvidar que la actividad pesquera es el motor económico de muchas comunidades costeras y un eslabón fundamental de la cadena de valor del sector, que incluye desde los astilleros y las industrias auxiliares hasta la comercialización, pasando por la transformación y el transporte.
Por ello, y con motivo de las diferentes citas electorales de 2019, hemos venido reclamando a las diferentes fuerzas políticas más atención a una comunidad que aglutina en nuestro país a alrededor de 157.000 trabajadores (31.456 tripulantes) y que genera unos ingresos, sólo en primera venta, de más de 2.000 millones de euros.
Cuotas pesqueras
En este sentido, querían destacar el buen resultado del Consejo de Ministros de Pesca de la UE del mes de diciembre donde se acordaron las cuotas de pesca para 2020. El logro ha sido posible gracias a que el Consejo tuvo en cuenta la triple vertiente de la sostenibilidad de la pesca -la biológica, la social y la económica-, un enfoque en el que incidimos con motivo de la celebración de los comicios europeos y que seguiremos reclamando a los miembros de los diferentes organismos europeos que intervienen en la definición de la Política Pesquera Común (PPC), empezando por el nuevo comisario Medio ambiente, Océanos y (también) Pesca de la UE, Virginijus Sinkevicius.
En cuanto a la vertiente medioambiental de nuestra actividad, el avance en la mejora de los stocks pesqueros, como persigue la PPC, siguió siendo una prioridad en 2019, tal y como he mencionado antes. En ese compromiso incidimos, coincidiendo con la celebración en diciembre pasado, de la Cumbre del Clima de Madrid (COP25), en la intensificación del trabajo conjunto con la comunidad científica a través de distintas iniciativas entre las que destaca la puesta en marcha de PesConect, con la colaboración de la Fundación Biodiversidad y el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) en el marco del Programa pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). Esta red de trabajo nacional, en la que participa el Instituto Español de Oceanografía (IEO), se enfoca en generar y facilitar la compartición y el análisis de información ambiental, científica y socioeconómica del medio marino.
Así mismo, en 2019 suscribimos acuerdos con diferentes agentes para seguir progresando en nuestro objetivo de la calidad y el cumplimiento de las normativas. Así, merece la pena destacarse el acuerdo firmado con la certificadora Kiwa España, que permite a las distintas flotas que forman parte de Cepesca acceder a servicios de formación, inspección y certificación contra estándares como las normas UNE, ISO, MSC, Friends of the Sea, etc., así como garantizar la cadena de custodia en los diferentes eslabones de la cadena comercial.
Al igual que la modernización de la flota, la inversión en nuevas tecnologías aplicadas a la investigación y la pesca sostenible exige capacidad de financiación. Por ello también firmamos un acuerdo con ABANCA que pone a disposición de Cepesca y sus asociados soluciones financieras ajustadas a sus necesidades.
Además, en 2019, la Junta Directiva y la Asamblea de Cepesca aprobamos y ratificamos, respectivamente, un ‘Código Ético y de Buen Gobierno’, que formaliza nuestro compromiso efectivo con la promoción, desarrollo e incentivo de prácticas que cumplan tanto con la legalidad vigente, como con los principios éticos y de buen gobierno, que el mismo Código recoge y entre los que destacan la integridad y responsabilidad institucional, la transparencia, la honestidad, la lealtad y el estricto cumplimiento del marco normativo local, nacional e internacional.
Pesca
Estos principios, la colaboración con la comunidad científica, la inversión en I+D y el trabajo conjunto con los agentes clave en las distintas esferas de la actividad pesquera (medioambiental, social y económica) seguirá siendo nuestra máxima en 2020, un “superaño” para el sector en el que se mantienen retos de primera magnitud y tienen lugar, además, importantes citas de carácter internacional.
Entre los retos para 2020 pongo el acento en, por ejemplo, la escasez y la formación de tripulantes, la modernización de la flota o el trabajo a realizar contra el descenso en el consumo de productos pesqueros, a pesar de estar probado su alto valor nutricional y probablemente debido a los nuevos hábitos de vida, pero también debido a alertas infundadas basadas en información de dudosa veracidad. Mientras que otros desafíos para 2020 son viejos conocidos, como la obligación de desembarque o el Brexit. Este año también nos enfrentamos a nuevas normativas, como el plan plurianual para la pesca demersal en el Mediterráneo Occidental y el futuro reglamento de control.
Respecto a la agenda para 2020 son muchas las citas de carácter internacional relevantes para el sector, empezando por la cuarta sesión de la conferencia intergubernamental sobre Biodiversidad Marina en Alta Mar (BBNJ, por sus siglas en inglés), que se celebra en la sede de Naciones Unidas en Nueva York, del 23 de marzo al 3 de abril, y en la que se prevé cerrar el denominado Tratado Global de los Océanos para regular la protección y uso sostenible de las aguas internacionales.
Del 11 al 19 de junio de 2020 la ciudad francesa de Marsella acogerá el que puede ser considerado el evento más importante de conservación del mundo, el Congreso Mundial de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que se celebra cada cuatro años.
En Lisboa
Un mes después, entre el dos y el seis de julio tendrá lugar en Lisboa, auspiciada también por Naciones Unidas, la segunda edición de la Conferencia de Océanos con el objetivo de impulsar el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 14 de conversación y utilización sostenible de los océanos, los mares y sus recursos. También en julio se prevé que se celebre el 34 periodo de sesiones del Comité de Pesca (COFI) de la FAO en el que, como sucede cada dos años, se examinarán los programas de trabajo y distintos asuntos relacionados con la pesca.
Será ya en octubre cuando la ciudad china de Kunming se convertirá en sede de la quinta reunión de la Conferencia de las Partes (COP15) del Convenio de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica (CBD), en la que se deberán marcar nuevas metas para la protección de la biodiversidad, incluyendo la biodiversidad marina.
En esta escena, desde el sector pesquero hacemos un llamamiento a los gobiernos, a la comunidad científica y también a las fundaciones y ONGs ambientalistas para que, en lugar de promover limitaciones e incluso prohibiciones a la pesca, sumen esfuerzos al doble objetivo de erradicar la pesca ilegal, no reglamentada y no documentada (IUU) y apoyen a las flotas que pescamos cumpliendo con la normativa para que lo sigan haciendo de forma eficiente y respetuosa con el medio, más aún cuando las investigaciones científicas muestran que la actividad pesquera será determinante para alimentar una población que se prevé alcance los 9.700 millones de personas en 2050 y para mantener, al mismo tiempo, el calentamiento global por debajo de 2°C, tal y como establece el Acuerdo de París.