La revista científica Fish and Shellfish Immunology ha publicado recientemente un estudio llevado a cabo por científicos chinos sobre los beneficios de la inclusión del ácido succínico en la dieta langostinos Vannamei (Litopenaeus vannamei) para la mejora del rendimiento y el bienestar animal cuando son sometidos a estrés por amoniaco en las condiciones de cultivo.
El ácido succínico, es una sustancia comúnmente utilizada en la industria agroalimentaria como edulcorante, también tiene propiedades antibacterianas y antimicóticas, y es efectivo contra las bacterias Staphylococcus aureus y Esquerichia coli y contra al hongo Candida albicans.
En la naturaleza, el ácido succínico está presente en muchas frutas, antes de su maduración. También se encuentra en la fermentación del vino y de la cerveza y su extracción es posible a través del ámbar y otras resinas.
Para el desarrollo del experimento, que tuvo una duración de 56 días, los investigadores emplearon formularon cuatro dietas con concentraciones de ácido succínico, del 0,25 por ciento, 0,50 por ciento, 1 por ciento, y una dieta control, que emplearon con 160 langostinos de aproximadamente 3 gramos de peso que fueron subdivididos en cuatro grupos de cuarenta individuos.
Para el mantenimiento de los animales, los científicos emplearon cuatro tanques de 500 litros, obteniendo una densidad de cultivo media.
Finalmente, en el último día del experimento (día 56), los investigadores empeoraron intencionadamente la calidad del agua durante 48 horas aumentando la concentración de amoniaco en los tanques a 50 miligramos por litro.
Según los investigadores, el crecimiento, el aprovechamiento del alimento, la respuesta inmunológica y la resistencia a la contaminación por amonio, mejoraron de manera significativa en todos los grupos de langostinos alimentados con dietas suplementadas, siendo la dieta 2 (0,5 por ciento) la más efectiva.
Los langostinos alimentados con la dieta 2, tras los 56 días de suplementación con acido succínico, alcanzaron un peso de 16 gramos, por encima de la talla de comercialización (15 gramos), frente a los 11 gramos alcanzados por los langostinos de la dieta control.
De manera similar, el mejor índice de conversión del alimento fue el observado en los langostinos alimentados con las dietas 2, siendo este de 1,17, frente al observado en el control, de 1,75.
Además, los porcentajes de supervivencias de los langostinos, tomadas a las 24 y 48 horas del tratamiento con amonio, fueron significativamente más elevados en los grupos alimentados con las dietas suplementadas.
El cultivo del langostino Vannamei es una actividad tradicionalmente desarrollada en tanques de tierra, a través de sistemas productivos de tipo extensivo y semiintensivo.
Sin embargo, recientemente, el cultivo intensivo del langostino vannamei ha sido introducido en algunos países, entre ellos China y Perú. Los residuos orgánico generados por los animales no se retiran del medio y su acumulación en los tanques provoca una elevada concentración de contaminantes, como el amoniaco, que aumenta de manera continuada a lo largo del ciclo productivo.
El amoniaco, cuya presencia en los tanques de cultivo se debe a la descomposición de las proteínas, genera un estrés fisiológico que debilita los individuos y provoca una mayor susceptibilidad del langostino vannamei a las enfermedades.
Los efectos beneficiosos de los ácidos orgánicos de cadena corta han sido previamente descritos por otros autores, que recomiendan el uso de estos aditivos en cultivo del langostino vannamei.
El ácido succínico, al igual el butirato (aroma empleado en la industria tabacalera para la preparación de cigarillos) y el propinato (antimicróbico de uso común en el sector alimentario), mejora el crecimiento y protegen los cultivos de las elevadas mortalidades provocadas por la presencia de amonio.
Estos resultados evidencian que, a través del uso de aditivos naturales, es posible mejorar el aprovechamiento del alimento y el bienestar de los animales y acercan un poco más el sector del langostino hacía la sostenibilidad.
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