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El “gigante” asiático engorda su flota en Mozambique, donde la firma gallega tiene 34 buques.
Mozambique es un pequeño islote dentro del océano empresarial de Nueva Pescanova, aunque cuente en el país africano con 34 buques marisqueros y más de un millar de trabajadores. Con en torno a 3.000 toneladas anuales en capturas, la filial Pescamar complementa la oferta de langostino salvaje que la compañía gallega obtiene de Argentina (gambón patagónico) y Angola (gamba roja), con las variedades tigre, banana, marfil y jumbo. Nada que ver con los volúmenes que obtiene el grupo del cultivo de langostino vannamei, porque solo la subsidiaria Promarisco (Ecuador) tiene capacidad de producción de 90.000 toneladas al año.
Pero es un país en el que ha dejado su huella, en el aterrizó en 1980 y donde cuenta con un astillero propio y un taller que también repara trenes de la empresa pública Caminhos de Ferro de Moçambique (CFM). Y, además, la filial mozambiqueña recibirá cuatro de los siete barcos con los que renovará parcialmente su flota, compuesta en todo el mundo por 72 unidades. Mozambique era un caladero apacible en cuanto a competencia -no exento de peligros, ahí están el secuestro del Vega 5 y el asalto al Pescamar 9-, pero ya no lo es. China tiene mucho dinero, y también mucha hambre.
El grupo pesquero Yu Yi Industry Co. acaba de terminar su primera marea en aguas del país tras haber firmado un acuerdo de cinco años con el Gobierno local. Pacto, por cierto, del que no ha trascendido ninguna información, pero que en todo caso se firmó después de que el Gobierno chino financiara la reconstrucción del puerto pesquero de Beira (unos 100 millones de euros, según la prensa local). En esta ciudad, de la provincia de Sofala, tiene la sede la filial de Pescanova.
Los seis arrastreros de Yu Yi Industry fueron recibidos en Shenzhen por una comitiva institucional pese al parco resultado: 359 toneladas de pescado y marisco. Los buques ( Peng Yuan 801, 802, 803, 805, 806 y 808) son, eso sí, una parte de lo que operará en Mozambique a corto plazo, porque la compañía enviará al país africano doce barcos más en cuestión de semanas. “Los recursos marinos están cayendo. Tenemos que expandirnos”, exhortó el presidente de la pesquera, Zhang Zhiming, con el beneplácito del líder local del Partido Comunista, Zhou Jiangtou. Suya fue la iniciativa de fusionar Hao Hang Yuan Yang Fishing Industrycon Hai Zhi Xin Yuan Yang Fishing Industry, que ha resultado en la empresa que ahora quiere crecer más en este caladero.
No es la primera experiencia de China en aguas de Mozambique, y tampoco a la hora de ejercer competencia directa contra Pescanova. En 2012 el gigante China National Fishing Corporation (CNFC), una de las mayores armadoras del mundo, se hizo socio de la española Amasúa. Así asumió parte del control de Krustamoz, con base en Quelimane, a casi 500 al norte de Beira por carretera. Los barcos de Yu Yi Industry descargaron directamente en suelo chino, pero las estadísticas oficiales de la ONU (Comtrade) evidencian un incremento exponencial de las ventas de pescado de Mozambique a China. En 2017 alcanzaron los 14,25 millones de dólares; en 2010 no alcanzaban los 250.000.
El mutismo entre ambas partes -por ejemplo, con el convenio firmado por Yu Yi- no permite conocer hasta qué punto el coloso asiático se nutre de proteína marina procedente de este país africano. Con sus aguas territoriales casi esquilmadas, el objetivo es imitar la estrategia que ejecutaron los empresarios gallegos a partir de los años sesenta con los arrastreros congeladores y buques factoría, primero, y las sociedades mixtas y filiales, después. Crecer en capacidad pesquera directa (con buques de larga distancia) y con la compra de empresas consolidadas y con derechos de pesca. Por todo el mundo.
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