La pandemia que estamos viviendo no ha dejado a nadie inmune, tampoco al sector pesquero y acuícola, que siente las repercusiones; rubros que se están viendo afectados, entre otras cosas, por la dispersión geográfica de los centros de cultivo, retrasos en suministro de insumos productivos, disminución o suspensión de operaciones en plantas de proceso, además de restricciones para el transporte de productos, complejidad en tomar distanciamiento social dentro de embarcaciones, disminución de la demanda, entre otros.
En este contexto, y para analizar cómo el sector se ha visto afectado y para entregar recomendaciones al respecto, el pasado 18 de junio, se desarrolló la XI Conferencia Online FAO – Serie COVID-19 y Sistemas Alimentarios, denominada “COVID-19 y su impacto en la pesca y la acuicultura de América Latina”. Las conferencias Online FAO – Serie COVID-19 forman parte del acuerdo realizado entre 11 organismos internacionales, presentes en la región, para coordinar sus acciones y brindar apoyo técnico a los gobiernos para enfrentar esta pandemia.
Sector
En la ocasión, el director general adjunto de la división de Políticas y Recursos de Pesca y Acuicultura de la FAO, Sr. Audum Lem, fue el encargado de la apertura, instancia donde destacó la importancia de compartir experiencias, acciones y dar respuestas a los países para garantizar el funcionamiento de los sistemas alimentarios, esto, centrado en los impactos que han sufrido en el sector de la acuicultura y la pesca, en América Latina, a partir de la llegada del COVID-19.
En tanto, el Subdirector Regional de la FAO y representante regional para América Latina y el Caribe, Sr. Julio Berdegué enfatizó en el esfuerzo del que tiene que ser parte la acuicultura y la pesca en prevenir una crisis alimentaria producto de la pandemia. Planteando las interrogantes: ¿Cómo ayudar a pescadores y acuicultores para reactivar sus actividades? ¿Cómo hacer para que este sector se sume a esta enorme tarea de evitar que la crisis sanitaria se convierta en una crisis alimentaria?
No podemos permitir que la crisis Sanitaria se convierta en una crisis alimentaria
La FAO, junto a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), hicieron un llamado a la movilización de los países, para mitigar la amenaza del fuerte aumento de los indicadores de hambre e inseguridad alimentaria, “hemos hecho una propuesta, un decálogo de medidas para prevenir que la crisis sanitaria se convierta en crisis alimentaria”, destacó Berdegué.
“La pesca y la acuicultura deberían y tendrían que ser parte de este gran esfuerzo, no podemos permitir pasar (como estamos proyectando que podría suceder) de 53 ó 57 millones de personas con inseguridad alimentaria severa a casi 90 ó 100 millones de personas en esta situación. Necesitamos al sector pesquero y acuícola como parte de este gran esfuerzo y al mismo tiempo sabemos que la pesca y acuicultura, de todos los sectores que componen la actividad generadora de alimento, han sido los más severamente afectados por la pandemia. La paralización de actividades ha causado estragos”, indicó.
Por su parte, el director de la división de Políticas y Recursos de Pesca y Acuicultura de la FAO, Manuel Barange, indicó que el Covid-19 nos mantiene en un momento de gran incerteza, nadamos en aguas salvajes y los impactos reales de la pandemia no se van a saber hasta que ésta pase, sin embargo, no podemos esperar para poner medidas de apoyo, ya que la relevancia de implementar acciones es ahora.
¿Cuáles son las consecuencias de la pandemia para la pesca y la acuicultura?
Los sectores se están viendo afectados, entre otras cosas por retrasos en suministro de insumos productivos, disminución o suspensión de operaciones en plantas de proceso, restricciones para el transporte de productos, disminución de la demanda, y por la dispersión geográfica de los centros de cultivo, entre otros.
Como consecuencias, “en primer lugar está la salud de trabajadores del sector, los barcos suelen ser lugares de gran densidad de personal, con poca distancia física y, en algunos casos, donde el nivel de higiene no es el óptimo para enfrentar una pandemia de este tipo”, expresó Barange.
“En el agua, en actividades de factoría, de acuicultura, vemos una reducción de la actividad, debido a la incapacidad de mantener distancia, debido al control de movimiento de pescadores migradores y debido a una caída de la demanda por los productos pesqueros”.
Añadió que “en los mercados, vemos una reducción del mercado de producto debido a medidas de control de transporte, reducción de vuelos, cierres de fronteras y reducción debido a caída de demanda”.
“En los procesos de gestión y manejo, hemos visto una reducción de campañas científicas de apoyo a la gestión; y la reducción de observadores a bordo de buques faenadores, que ponen en riesgo las medidas de gestión que tan buenos resultados estaban dando en el mundo”, agregó.
Casos de éxito de quienes se han adaptado
La pandemia también ha beneficiado a quienes se han podido adaptar, así lo ejemplificó Barange, indicando que se han visto algunos casos de éxito y beneficios de aquellos que se han adaptado más rápido, por ejemplo, el caso de OMAN, (del que Chile está tomando referencia) a través de la digitalización y automatización para la compra y venta de productos pesqueros, que ha tenido mucho éxito, acercando los servicios del productor al consumidor.
Por otra parte, en lugares donde la pesca local ha logrado reemplazar productos importados que han dejado de abastecer el mercado, también se han visto beneficiados.
¿Qué hace la FAO para apoyar a los países en esta pandemia?
Se estableció un grupo de trabajo, enfocado en la pesca y acuicultura para coordinar desde Roma, con las oficinas regionales y nacionales, para reflejar las necesidades del sector durante la pandemia. Junto con un monitoreo constante del impacto del Covid-19 en el sector, están trabajando con el banco mundial para apoyar proyectos del sector y también, han preparado un importante resumen de políticas de Covid-19, para la pesca y acuicultura, que ha sido de utilidad para dar un marco de referencia y un pilar de apoyo para la toma de decisiones. Sin embargo, “hay que darse cuenta que las respuestas deben ser ajustadas a la realidad local de cada país”, precisó Barange.
¿Qué es lo más urgente?
Según la FAO, los más afectados del sector serían las poblaciones densas, desnutridas y pobres, las mujeres debido a los múltiples roles que realiza, las actividades informales, la pesca artesanal y de pequeña escala.
¿Qué recomienda la FAO?
La FAO recomienda principalmente, evitar medidas que aumenten la sobreexplotación y medidas que socaven los sistemas de gestión de manejo y de control. Cualquier solución que tomen tiene que evitar eso, recomendaron.
En específico y, según lo planteado, las recomendaciones serían:
1.- Activar la cadena de valor, facilitando la importación y exportación de productos pesqueros, reduciendo barreras proteccionistas, fomentar el transporte por tierra, por mar y por aire, de los productos pesqueros. Activar los mercados reduciendo tasas sobre estos productos e incentivar la producción sin aumentar sobreexplotación.
2.- Reactivar un paquete de apoyo dirigido a pescadores y acuicultores de todo el mundo, posponiendo pagos por cuotas de pesca o derechos de producción, aliviando los impuestos, desarrollando seguros sociales por incapacidad productiva, recibiendo pagos por días de pesca no cumplidos, modificando épocas de pesca (cuando se pueda hacer), incentivando la transición de pescado fresco a pescado con valor agregado y reduciendo pérdidas o desperdicios