La Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN), a través del Cuerpo de Inspectores del Distrito Pesca Mar del Plata, elevó una nota a Luca Pratti en la que solicitaron continuar con la cuarentena preventiva para evitar el contagio del COVID-19, enmarcada en el Decreto 260/20; y se negaron a embarcar en pesqueros que están de salida desde el puerto local, hasta no contar con las garantías suficientes para no enfermarse.
“La realidad supera cualquier tipo de especulación al respecto, y nuestra actividad laboral es por si misma riesgosa, con un grado de hacinamiento extremo que solo podemos describir y entender plenamente los que navegamos en buques pesqueros, sean estos congeladores o fresqueros”, señala el documento enviado al Director de Control y Fiscalización, fechado el 1 de abril, y al que este medio tuvo acceso.
En la tarde de ese día estaba prevista la zarpada del buque pesquero Virgen María, para el cual había sido sorteado como inspector Ramón Maidana, pero el trabajador se negó a salir y el barco quedó demorado hasta este jueves, aunque el puerto se mantuvo cerrado por los intensos vientos que hubo en la ciudad.
Otro inspector que se negó a zarpar fue Rolando Pacheco, quien primero había sido asignado al Ribazón Inés. Ante su negativa a salir, la decisión de las autoridades fue sortearlo nuevamente y le tocó el Mellino I, del que también se bajó.
“Hemos lidiado con tempestades, muertes de tripulantes a bordo, naufragios, incendios y abandono de la embarcación, pero este enemigo por así llamarlo es invisible y no sabemos, ni nosotros ni los que están a bordo, cómo defendernos de él”, señala el documento.
Este medio supo también que desde el SIMAPE habían elevado nota pidiendo que tampoco embarquen inspectores afiliados a ese gremio y fue desembarcado el trabajador asignado al Promac, de Solimeno, aunque a diferencia de Pacheco, no volvieron a sortearlo.
Desde UPCN cuestionaron el protocolo celebrado entre los gremios marítimos y las cámaras armadoras. “Nos vemos totalmente vulnerables y expuestos a un contagio inminente, en donde existe un vacío legal dado que si sufrimos esta enfermedad a bordo, la ART no nos cubriría”, advirtieron.
El Cuerpo de Delegados expuso la situación de un compañero, varado en el congelador Tai An de la empresa San Arawa, que amarró en Ushuaia la semana pasada, fue desembarcado pero no puede volverse porque las fronteras provinciales están cerradas.
“Claudio Buscaglia navegó cincuenta días y debe vivir en el barco porque no hay hoteles donde alojarse ni nada en qué volver. Ahora dicen que el barco termina de descargar y queda fondeado. Sería una locura… no figura en el libro de rol y ni en la Subsecretaría de Pesca ni en la empresa hacen mucho para que pueda volverse”, dijo Jorge Gómez, uno de los delegados que firmó la nota dirigida a Pratti.
Consultados distintos armadores al cierre de esta edición, reconocían como “muy alta” la posibilidad de que desde el Distrito Pesca ordenaran que la flota salga liberada ante esta situación. El único que concurre a la dependencia es el jefe, Jorge Canale.
El problema puede profundizarse con el correr de los días: desde el INIDEP han advertido que los observadores del organismo adoptarían la misma posición, lo que pondría en peligro la prospección de langostino prevista para comenzar el 13 de abril.