La irrupción de la pandemia trastocó todo el andamiaje productivo y los esquemas de trabajo en las industrias, incluso en aquellas que quedaron expresamente exceptuadas de la ‘cuarentena obligatoria’. En la pesca se fueron adoptando y acordando distintas metodologías de trabajo priorizando la prevención de la salud de los empleados, y más allá que se está en temporada baja de langostino, y la mayoría de las empresas trabaja solamente con sus dotaciones de personal permanente, en las últimas semanas se experimentan elevados índices de ausentismo, que en algunos casos trepan al 30 y 50 por ciento.
Si bien cuentan con autorizaciones para circular y están excluidos del aislamiento obligatorio, atribuyen el ausentismo a los temores propios que genera el avance de la pandemia global; aunque en el caso particular de Chubut, hasta este 1 de abril, no se había registrado ningún caso positivo confirmado, indicó REVISTA PUERTO.
Filtros sanitarios
En tren de fijar pautas de trabajo en el marco de la emergencia sanitaria nacional y la continuidad de las labores en el sector alimenticio, el cual se encuentra exceptuado de los rubros que obligatoriamente debieron ceder sus actividades, pero sin dejar de lado la protección de los trabajadores de las empresas pesqueras, la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (CAPIP) y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA) pautaron una serie de medidas que ya están siendo implementadas hasta tanto persista el actual estatus sanitario nacional.
Las empresas deberán colocar un filtro sanitario al ingreso del establecimiento, dotado de equipos para desinfección. Del mismo modo, los filtros, deberán ser colocados en el ingreso a las distintas áreas de las plantas de procesamiento.
En cada establecimiento se deberán higienizar diariamente los lugares de trabajo y herramientas; contar con la presencia de un médico, enfermero y/o personal idóneo facultado para tomar la temperatura corporal, realizando controles diariamente al ingreso de la totalidad del personal, sin que estos puedan negarse a dichos exámenes.
Protocolo de actuación
Por otra parte, las empresas deberán reducir la presencia de personas en espacios comunes; proveer de barbijos de manera individual o generalizada cuando esto sea prescripto de manera específica por un médico; además de colocar una impresión del protocolo en cada sector de la empresa, en un lugar visible.
Se acordó que no se convocará a trabajar al personal que se encuentre en el grupo de riesgo, en base a los rangos etarios y por prescripciones médicas que así lo certifiquen.
Para el caso que algún trabajador presente signos clínicos que coincidan con sintomatología del COVID-19, deberá proporcionársele una mascarilla y será aislado en un lugar específico habilitado a tal fin, dando inmediata intervención al Servicio Médico.
Cambios de hábitos
Entre las obligaciones de los trabajadores está la de suscribir la declaración jurada correspondiente; en caso de presentar síntomas del coronavirus, haber estado en contacto con personas que padezcan COVID-19 y/o hayan regresado de viaje del extranjero deberán ausentarse y permanecer en sus hogares; mantener la higiene personal; lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante 40-60 segundos.
Se comprometen a “mantener al menos un metro de distancia con sus compañeros de trabajo; estornudar/toser en el pliego del codo en el caso de no contar con un pañuelo de papel; en el caso de contar con un pañuelo de papel debe inmediatamente desecharlo y realizar la higiene de las manos. No tocarse con las manos los ojos, boca y nariz; no compartir elementos de uso personal. En caso de tener fiebre, tos y/o dificultad para respirar deberá buscar atención médica inmediata”, se detalla en el protocolo, que en definitiva ha venido a introducir cambios de hábitos y conductas con el objetivo prioritario de preservar la salud y la vida humana.