El presidente de la Cámara de Empresarios de la Pesca Argentina (Cepa), Otto Wöhller, advirtió acerca de la crítica situación.
De costos de la industria y reclamó la eliminación de derechos de exportación. «Nos restan competitividad», dijo a Canal 8.
CEPA
De acuerdo con mi8. En el marco de la crisis que vive la pesca en Mar del Plata, el presidente de la Cámara de Empresarios de la Pesca Argentina (Cepa), Otto Wöhller.
Expresó a Canal 8 su expectativa de poder iniciar este año una serie de «acuerdos intersectoriales» que involucren a todos los actores de la actividad pesquera, tanto del ámbito estatal como del sector privado.
Y las cámaras empresariales de las distintas flotas que descargan en el puerto de la ciudad.
“Estamos esperanzados en poder iniciar este año reuniones sectoriales que involucren a todos los personajes que forman parte de la actividad pesquera en sus distintos roles”, señaló.
Y remarcó que el diálogo es clave para encarar un año con un menor nivel de conflictividad, luego de “años muy difíciles” para el sector.
Buena racha para el calamar
En ese sentido, Wöhller reconoció que algunas especies, como el calamar, atravesaron un buen momento comercial que permitió sostener la actividad.
Sin embargo, advirtió que se trata de «situaciones estacionales o excepcionales».
“En lo que atañe a las otras especies, vienen siendo años muy conflictivos y demandan acuerdos intersectoriales para poder tener zafras completas.
Y que no se entrecorten por cuestiones internas que dificultan la actividad”, explicó.
Desde Cepa sostienen que el sector pesquero tiene muchos puntos en común entre los distintos agentes que lo integran. “El punto de partida es tener un diálogo directo entre nosotros.
Ordenar la casa y después encausar las gestiones necesarias con el Estado nacional.
La política pesquera depende mucho de la intervención del Estado y es fundamental mantener un diálogo fluido”, afirmó.
Principales reclamos
Entre los principales reclamos, el dirigente empresarial insistió en la necesidad de eliminar los derechos de exportación. “Somos una economía regional con impacto directo en la mano de obra.
Estos derechos nos restan competitividad, sobre todo en un contexto de fluctuaciones del mercado internacional, donde los precios se han estabilizado o incluso bajado”, sostuvo.
Wöhller explicó que a esos precios internacionales hay que sumar la estructura de costos internos, donde el tributo a la exportación.
Y la carga impositiva en destino inciden en una gran proporción en el precio final.
“Hablamos de costos que influyen muchísimo en la posibilidad de seguir desarrollando la actividad”, advirtió.
Otro de los puntos sensibles que destacó es el costo salarial.
Según señaló, los salarios mantienen «una base sólida» y no acompañan la dinámica del mercado, lo que genera dificultades para las empresas.
“Esa falta de cintura complica alcanzar la competitividad que necesitamos para sostener la actividad durante todo el año”, indicó.
Situaciones extremas
En ese contexto, demostró su preocupación por situaciones extremas como la paralización de la flota. “Tenemos que seguir dialogando con los sindicatos para llegar a acuerdos que beneficien a todas las partes”, remarcó.
Además, subrayó que el Estado nacional puede cumplir un rol clave como “tercera pata” de esos acuerdos, a través de herramientas como sumas no remunerativas u otros mecanismos de apoyo.
Finalmente, Wöhller advirtió que en algunas especies la actividad se desarrolla a pérdida.
“En el caso del langostino estamos perdiendo dinero por explotarlo.
Es importante que el Estado comprenda la situación para garantizar la continuidad de todas las embarcaciones”, afirmó.
“El sector tiene una sensibilidad muy grande en su estructura de costos.
Es como una olla a presión que va tomando temperatura y, si no se actúa a tiempo, termina estallando en paralización de flota o pérdida de mano de obra.
Son escenarios críticos que queremos evitar”, concluyó.