Crisis en zafra langostino. A casi 80 días de iniciada la zafra de langostino en aguas de Chubut hay preocupación en el sector porque la dinámica comercial no es la esperada. Tal vez sea una temporada con récord de toneladas de capturas, pero no implica que la actividad esté en su mejor momento, ya que la demanda internacional de productos de la especie Pleoticus muelleri sigue estando deprimida, salvo determinados nichos puntuales, y los precios están iguales o más bajos que el año anterior.
El langostino L1 es el que tiene compradores interesados y no tiene competencia en cuanto a su tipo y calidad. El L1 y L2 está saliendo, pero las tallas más pequeñas tipo L3 y L4 cuesta colocarlo, y quien lo demanda ofrece un bajo precio. La industria pesquera argentina no es formadora de precios y los mercados no han evidenciado signos de incremento de demanda y los valores siguen amesetados.
La zafra comenzó en noviembre con muy buenos volúmenes, tallas y calidad del marisco y puso en marcha toda la cadena productiva de la industria, con expectativas que los mercados iban a mejorar sobre fin de año, pero ese repunte no se dio y comenzaron a encenderse alertas, según publicó revistapuerto.
Desde todas las compañías consultadas admiten que los clientes de China no están comprando langostino salvaje patagónico, es un mercado que salió del radar, y el interés por productos de Pleoticus muelleri es escaso.
Tendencia
Uno de los factores determinantes en este comportamiento, estiman, se debe a la exponencial producción de langostino de cultivo vannamei por arriba de 1,2 millones de toneladas. Por más que se insista en que son productos totalmente diferentes, en rigor terminan en las mismas góndolas a un precio muy inferior.
Puntualmente, en langostino de tallas L3 y L4 encuentran al vannamei como un sustituto. Quien consume u opta por langostino de esas tallas, no está buscando un producto de calidad, sino que define la compra por el precio. Y, para el sector, con los costos de producción de L3 y L4 no tienen posibilidad alguna de ser competitivos con el gambón de cultivo.
Gran parte de las empresas hoy tienen cámaras de frío, justamente, con predominio de langostino de esas tallas que cuesta mucho comercializarlo y a precios muy bajos casi sin rentabilidad.
Parada biológica
La suspensión de operaciones de la flota de Rawson por el término de siete días dejó sabor a poco. Antes de la parada se estaba pescando predominio de L3 y L4, y una semana después el pescando siguió siendo chico, y ante el stockeo que tienen las plantas, esas tallas son cada vez de menor interés para su procesamiento y el precio va a la baja.
Así, la temporada de pesca de langostino de aguas de Chubut se presenta atípica, no por la falta de recurso, sino porque las variables de la macroeconomía argentina y el comportamiento de los mercados internacionales no están respondiendo en la medida que se preveía.
Dos caras de la misma moneda
No obstante, es muy probable que al final de la zafra haya cifras ‘récord’ de capturas del marisco, una palabra que hoy solo sirve para titulares de diarios, pero no se condice con la situación real que atraviesa la actividad.
La pesca argentina afronta severos problemas de competitividad asociados a la fuerte presión fiscal que existe sobre la industria, siendo uno de los factores más distorsivos el mantenimiento de los Derechos de Exportación, a lo que se suma desde el 1 de enero el incremento del Derecho Único de Extracción (DUE). Los exportadores argentinos no solo pagan retenciones, sino que para ingresar productos de la Unión Europea deben abonar aranceles.
Los costos dolarizados de producción y el tipo de cambio anclado configuran un escenario muy complejo para lograr ser competitivos en los exigentes mercados internacionales.