Directivo de Argenova. El vicepresidente ejecutivo de Argenova, filial en Argentina del Grupo Nueva Pescanova, Mauro Zamboni, analiza la coyuntura en que se encuentra el sector congelador langostinero cuando se cumple un mes desde la apertura de aguas nacionales fuera de la zona de gran veda y en momentos que toda la flota sigue sin zarpar por los elevados costos que configuran una rentabilidad negativa del negocio.
“Los empresarios no somos enemigos de los trabajadores”, reflexionó al plantear la necesidad de encontrar una salida consensuada por la vía del diálogo. Admite que el nudo del problema está asociado a los altos costos laborales en la ecuación del barco, según publicó Parte de Pesca.
“Hasta que esto no se termine de dilucidar o encaminar para algún lugar, esto va a seguir por este mismo carril. Sin duda, si no hacemos una actividad viable y sostenible en el tiempo el congelado de langostino en Argentina va a seguir en crisis”, expresó Zamboni en declaraciones a PARTE DE PESCA.
El ejecutivo de la compañía española considera que este “es el momento de inflexión para hacer de esto una actividad rentable”, y subrayó que todo el sector del congelado de langostino esté en una misma postura a pesar que lo componen empresas de diverso origen y tamaño. “Fíjate que tan convencido está el sector que al día de la fecha la salida de congeladores ha sido prácticamente nula. Si esto fuera una actividad viable tendrías barcos pescando, entonces, hoy no los estás teniendo, porque nadie está obligado a salir a pérdida”, aseveró.
“Los que estamos a cargo de empresas, nuestra prioridad es sostener la mano de obra, pero también ganar dinero. Estamos en una tensa espera al momento de que podamos sentarnos, vernos la cara y ver si llegamos a un acuerdo”, graficó
El directivo de Argenova sostuvo que “el nudo básicamente está en los costos laborales, pero lo prioritario sería que las partes, como paso principal, nos podamos acercar, sentar, conversar, y después ver si el nudo está ahí, y si está ahí, ver cómo se desata”.
VOLVER A HACER VIABLE AL SECTOR
Reconoció que sin diálogo es mucho más difícil. “Es como un escarceo de dos boxeadores que están dando un primer round y se están midiendo, pero en vez de medirse; lo importante sería que se saquen los guantes y nos sentemos a conversar y ver cómo arribamos a puntos de acuerdo para hacer de esto una actividad viable”, indicó.
Asimismo, dijo que hay otros factores sobre los que se debe trabajar para reposicionar los productos de la especie Pleoticus muelleri ante los mercados internacionales. “Otra cosa que también creo que es una asignatura pendiente que tenemos como sector, es la puesta en valor a nivel mundial del langostino argentino, que es una proteína salvaje y que, en comparación con otros productos similares a nivel mundial, tiene un diferencial enorme. Eso también es una asignatura que tenemos pendiente, pero esto ya será otra discusión”, manifestó.
Zamboni afirma en este sentido que “una vez que hagamos de esto algo viable, una actividad viable y prospera, podemos sentarnos a ver cómo instalamos a nivel mundial el langostino con la calidad de su proteína y demás, y sacamos un diferencial de productos similares como el vannamei”.
“ESTAMOS EN MODO SUPERVIVENCIA”
En otro tramo de su análisis reconoció que “el sector de pesca de langostino es un sector con muchos jugadores de distinto nivel, con un barco, con muchos barcos, con grupos empresarios nacionales, internacionales, entonces los intereses no suelen ir siempre de la mano contemporáneamente. Y, en este momento estamos todos juntos en una misma mesa viendo cómo sostenemos el trabajo, la continuidad laboral de la gente; hoy estamos en modo supervivencia”.
Respecto a la fuerte presión fiscal, entre los cuales está la suba de los valores del DUE, que fue modificado en dos ocasiones en las últimas semanas por el Consejo Federal Pesquero, Zamboni consideró que “no alcanza. Esto es algo que se viene trabajando con las autoridades, que con buen criterio nos escuchan y están buscando la manera de alivianarnos la carga impositiva, pero va en paralelo. Es un factor más en el que se está trabajando, pero si vamos a los números hoy, el 60% de lo que produce un barco se van en gastos en mano de obra, esto es una realidad”, insistió al hacer foco en el principal factor que quita rentabilidad.
“SIN ACTIVIDAD NO HAY TRABAJO”
Sobre los planteos sindicales que niegan la crisis y rechazan cualquier modificación a los convenios colectivos de trabajo, sostuvo que “no desmerezco las ambiciones de los trabajadores porque están en todo su derecho a querer ganar más, eso no se lo discute, ni se lo discuto a nadie, pero si eso dentro de un marco de viabilidad. Sin actividad no hay trabajo, sin trabajo no hay remuneración, entonces, es fundamental hacer que la actividad sea próspera, sustentable, para sostener la mano de obra”, opinó.
DIÁLOGO SIN RENCILLAS
No obstante, el empresario estimó prudente “una autocrítica del sector es que en momentos de abundancia se han firmado cualquier tipo de acuerdo, y hoy, lo estamos lamentando”, admitió al tiempo de insistir en que “siempre la prioridad es el diálogo. Acá no se trata de faltarle de respeto a nadie. Todos, desde su óptica, seguramente tienen su granito de arena y de razón, pero la realidad es la que manda, y hoy la actividad no da, los números no dan. Tenemos que trabajar, obviamente, en un marco de diálogo y de respeto. Los empresarios no somos enemigos de los trabajadores, somos parte de una misma embarcación y tenemos el deber de llevar esta actividad a buen puerto”, sugirió. “Así que de eso se trata, no de generarse rencillas innecesarias, ni de desmerecer a nadie, hay que sentarse a una mesa a dialogar y sacar la actividad adelante”, concluyó.