A partir del 1 de marzo ningún empleador pagará cargas sociales en sueldos de menos de 17.509 pesos. Las empresas pesqueras ya tenían una reducción en las cargas patronales desde enero. Marítimos, afuera.
Luego que el presidente Macri anunciara la reducción de cargas patronales para empresas pymes de las economías regionales como una forma de aliviar su situación y generar más empleo formal, en la industria pesquera marplatense comenzaron a sacar cuentas finas para determinar el impacto que la medida tiene en el sector.
Según confió Fernando Mellino, del Frigorífico 27 de Noviembre, el ahorro para las empresas alcanza los 3.150 pesos. A esa cifra se llega descontando del sueldo bruto del trabajador los 17.509 pesos, el nuevo mínimo no imponible establecido por el gobierno.
“En enero habíamos tenido una suba del mínimo no imponible a partir de los 7 mil pesos, que ya generaba una reducción de las cargas patronales de 1.890 pesos”; especificó el empresario, que valoró el gesto del gobierno para intentar modificar la situación de las empresas.
Si nos guiamos por el padrón del SOIP utilizado en las últimas elecciones, la medida alcanza a más de 3200 trabajadores registrados bajo convenio colectivo. Con el descuento que tuvieron en enero y el que tendrán a partir del mes que viene, serán algo más de 10 millones de pesos por mes los que se ahorran las empresas pesqueras con sus obreros en tierra.
En un principio se pensó que el beneficio alcanzaba a los trabajadores marítimos. El hecho de que Pablo Trueba participara del anuncio del Presidente junto con Cristina Ledesma y dirigentes del sector como Fernando Rivera, avaló la hipótesis.
Pero el Secretario General del SIMAPE debe haber sido invitado al acto como dirigente de la Fundación Pensar. Desde el SOMU y la Asociación Argentina de Capitanes aseguraron que la medida no incluía a trabajadores marítimos.
“Es un paliativo pero tenemos otros problemas que es necesario resolver”, definió Mellino, quien también preside Cafrexport.
Acceso a materia prima de manera regular durante todo el año, mercado interno retraído, competencia con el filet congelado a bordo en el mercado brasileño y altos costos de financiación, son algunos de los obstáculos que enfrentan los procesadores.
“Necesitamos poder disponer de más merluza. El langostino puede ser un paliativo pero la capacidad instalada que hay en Mar del Plata es para merluza, los mercados hay que abastecerlos y no perderlos. No se han perdido mercados pero si recrudece la migración de barcos al sur este invierno, tenemos miedo de perderlos”, dijo el empresario.
Revista Puerto