La ceremonia de bautismo y botadura de un barco resulta el momento más emotivo de todo el proceso, y eso es algo que el Astillero Contessi sabe muy bien, por eso no quisieron dejar de celebrar en medio de este momento tan atípico como lo es la pandemia del coronavirus.
Con las gradas vacías, sin público y con un número reducido de personas se llevó a cabo la nueva botadura del buque pesquero “Siempre María Elena”.
Este es un típico costero 20,9 de metros de eslora y 7 metros de manga. Su armador es Gustavo González, reconocido por su actividad sobre el langostino en la provincia de Chubut al frente de la firma Aquellos Tres S.A.
En una nueva modalidad, resultado de las restricciones, la empresa naval decidió transmitir la ceremonia de forma virtual por (Youtube e Instagram) para que nadie se perdiera de tan importante momento e incluso presenciarán por primera vez este tipo de acontecimiento.
Ceremonia
“Dos socios con el mismo apellido, el mismo nombre para ambas madres: María Elena y con una misma pasión: la pesca del langostino”, explican para dar a conocer el por qué del nombre del “Siempre María Elena”.
La botadura N°135 contó con la presencia de diversas autoridades, como el prefecto mayor de la delegación de Mar del Plata, Anibal Eduardo Moya, el diputado nacional por la provincia del Chubut, Ignacio Torres, el director nacional de coordinación y fiscalización pesquera de la Nación, Julián Suárez, el secretario de pesca de la provincia del Chubut, Gabriel Aguilar, el director del INIDEP, Oscar Padin, el presidente del Consorcio Portuario Regional, Gabriel Felizicia y Guilermo Montenegro, intendente del partido de General Pueyrredón.
En ese mismo sentido, fue entonado el himno nacional como parte del acto protocolar que se realiza en el evento y así se dio paso a las sentidas palabras que rindió Domingo Contessi, el presidente del directorio del Astillero.
Incertidumbre
Explicó como la pandemia afectó las operaciones del astillero al inicio de la misma y como, en medio de la incertidumbre, lograron sobreponerse a los obstáculos presentados gracias al trabajo en equipo de toda su planta. Hizo mención especial a la empresa armadora del buque al “nunca dudar de su capacidad” y que gracias a sus aportes pudieron solventar los incovenientes.
“Nos llena de alegría poder entregarle en tiempo y forma este barco, que esperamos que esperamos muy pronto este operando en el puerto de Rawson. Rawson es un lugar especial para nosotros, donde hemos invertido y generado empleo de manera directa e indirecta” comentó Contessi.
También explica como la industrial frigorífica ha cambiado y el langostino ha dado paso a las inversiones y al empleo, tanto en el mar, como en tierra. “Rawson tiene la flota costera menos antigua del país y en los últimos 20 años, veintidós buques nuevos salidos de estas gradas han tenido como destino ese puerto” indicó.
Contessi hizo referencia a las botaduras pasadas y futuras: están construyendo 3 buques más y tienen previsto unos 8 en los próximos dos años. Resaltó que todos los proyectos desarrollados son diseños 100% de ingenieros argentinos, y felicitó la decisión de las autoridades nacionales en frenar la importación de buques usados del extranjero, para así dar más oportunidad a la mano de obra nacional en la creación y renovación de las embarcaciones.
Tradiciones
Luego de las intervenciones, prosiguieron con la ceremonia de bautismo, donde hicieron llamar a la madrina del barco, Analía Ruminot para hacerle entrega de la medalla recordatoria del acto y fue entregada por el último empleado que ingresó en el astillero, cumpliendo con una vieja tradición del lugar.
Fernando Ricle, capitán del barco recibió el pabellón nacional y un crucifijo para ser emplazado en la timonera del barco que luego fueron bendecidos, junto a la medalla y al buque por el monseñor Armando Ledezma.
Y para el momento más esperado, estrellar la botella de champagne contra el casco de la embarcación, estuvieron presentes la madrina, Gustavo González en representación de la empresa armadora y un ingeniero del astillero. Con un conteo regresivo emocionante y lleno de felicidad, bautizaron la embarcación y tocó por primera vez las aguas del mar argentino.
¡Buena suerte y buena pesca Siempre María Elena!