Tanto el “Dr. Eduardo Holmberg” como el “Víctor Angelescu” arrastran problemas técnicos desde fines del año pasado y permanecen amarrados.
El INIDEP sigue teniendo dificultades para llevar adelante campañas de investigación con buques propios. Como muestra, durante los últimos cinco meses sus dos buques de investigación “activos” no se despegaron del muelle. Los únicos que registraron tareas en esta primera mitad de año fueron los trackers “Bernie” y “Willie” en las zonas costeras cercanas a Mar del Plata. Las distintas evaluaciones de langostino, por caso, se llevaron adelante desde el buque comercial “Bogavante Segundo”.
Lo mismo ocurrió con el relevamiento de centolla, realizado en enero pasado mediante los congeladores que pescan el recurso en el área del Golfo San Jorge y aguas de plataforma, entre los paralelos 43°30’ y 48° de latitud sur.
Más allá de lo habitual de esta metodología de trabajo, lo cierto es que tanto el “Dr. Eduardo Holmberg” como el “Víctor Angelescu” están fuera de servicio por diferentes problemas técnicos que arrastran desde fines del año pasado.
Así permanecen amarrados en los muelles de la Base Naval Mar del Plata. De acuerdo a lo que pudo saber Pescare.com.ar, la cuestión técnica se entremezcla con los problemas de presupuesto del instituto para encarar las reparaciones.
“Al ´Holmberg´ tienen que hacerle varios trabajos: recorrido de motores, revisión de paso variable y tuberías, una deuda que quedó de su estadía de seis meses en el astillero Tandanor durante 2019”, reveló una fuente consultada.
Al parecer, la inversión realizada de 50 millones de pesos no alcanzó para cubrir todas las necesidades de la embarcación. Su última zarpada se registró el pasado 25 de noviembre para evaluar especies costeras entre los paralelos 34° y 42° Sur.
Obtener precisiones por parte de las autoridades respecto al estado de las embarcaciones resulta dificultoso. Este medio envió la correspondiente consulta por correo electrónico el pasado 9 de marzo y aún no recibió respuesta.
En el caso del “Víctor Angelescu” se está a la espera de la adquisición de un repuesto informático y la puesta a punto del software. También asoma como pendiente el recorrido anual de compresores, según se desprende del sistema abierto de licitaciones y compras.
El “Angelescu” realizó su última campaña en diciembre para evaluar la salud ambiental y plancton en la Zona Común de Pesca. Durante este 2020 el buque aún no desempeñó tarea alguna. En la industria hay inquietud por la inactividad.
También es cierto que la irrupción del coronavirus hacia mediados de marzo trajo aparejada nuevas barreras; sobre todo en el sector público; pero las tripulaciones están cumpliendo funciones mínimas; entre ellas, las guardias en puerto.
El resto de los tripulantes, incluyendo a los de Prefectura, permanece licenciado por el propio Inidep a la espera de que puedan ponerse en movimiento los barcos.