La próxima ronda de conversaciones entre el Reino Unido y la UE para lograr un acuerdo sobre el ‘brexit’ tendrá lugar durante la primera semana de junio. Las negociaciones, ya reactivadas tras el parón provocado por la COVID-19, avanzan sin plenas garantías de que se alcance un acuerdo en el plazo establecido. Al menos para la pesca. La intención inicial de ambas partes recordemos, es que el acuerdo pesquero esté suscrito antes de julio. Falta poco más de un mes,así lo informó Industrias Pesqueras.
Ahora, antes del inicio de la próxima ronda, el Reino Unido mueve ficha publicando todos los documentos con los que se presenta a la negociación. También su propuesta de negociación pesquera, un texto jurídico que sienta las bases para el debate alrededor del “Acuerdo Marco de Pesca”.
El punto de partida ya es conocido. El Reino Unido refleja que a finales de 2020 será un estado costero independiente y “dejará de estar vinculado por la Política Pesquera Común” poniendo fin de esta forma al actual régimen de reparto de cuotas. El Reino Unido plantea a la UE que las futuras posibilidades de pesca se basen en el principio de adhesión zonal y lo justifica que teniendo en cuenta los “precedentes internacionales pertinentes, incluidos los acuerdos pesqueros separados de la UE con otros Estados ribereños”.
El punto de partida ya es conocido. El Reino Unido refleja que a finales de 2020 será un estado costero independiente y “dejará de estar vinculado por la Política Pesquera Común”
El Reino Unido plantea a Bruselas una negociación anual para determinar tanto las posibilidades de pesca, siguiendo las recomendaciones del ICES y aspectos socioeconómicos, así como el acceso mutuo de buques de pesca. Londres pretende que estas negociaciones anuales se coordinen “con otras entre los Estados ribereños regionales que afecten a una o ambas partes”, como puede ser el caso de Noruega. Además quiere dejar la puerta abierta a que, en el transcurso de un año, se modifiquen las cuotas si es necesario, a la vista de nuevas investigaciones científicas o “circunstancias imprevistas”.
Los buques tanto británicos como europeos que accedan a las aguas de la otra parte tendrán que contar con licencia de pesca específica y será obligatorio facilitar puntualmente la lista de buques con derecho a acceder a las aguas vecinas.
En cuanto a la cooperación, el Reino Unido defiende que cada parte gestione de manera independiente sus propias pesquerías, adoptando las medidas que considere apropiadas en sus aguas pertinentes para garantizar la gestión racional y sostenible de las pesquerías. En todo caso, cada una de las partes deberá notificar la puesta en marcha de nuevas medidas de ordenación que afecten a los buques de la otra parte.