Internacionales Pesca Sustentable

En Tailandia transforman las redes de pesca desechadas en productos para luchar contra el coronavirus

single-image

Según Greenpeace, unas 640.000 toneladas de redes de pesca acaban cada año en el fondo de los océanos, un 10% de los plásticos que se encuentran en el mar. Su abandono causa un importante daño medioambiental y provoca la muerte de numerosos animales que quedan atrapadas en ellas o las confunden con alimentos.

El problema de las redes fantasma es especialmente preocupante en algunas zonas del planeta, como en las costas de la provincia tailandesa de Chon Buri, al sur del país. Allí, para aliviar este daño ecológico, la ONG Environmental Justice Foundation (EJF) ha lanzado un proyecto llamado Net Free Seas en colaboración con la comunidad pesquera local, informó Yahoo Deportes.

El proyecto consiste en utilizar redes de pesca usadas para convertirlas en otros productos de plástico. Se recogen del fondo del mar o las entregan los propios pescadores que colaboran con esta iniciativa que, desde el inicio de la pandemia, está trabajando además en la lucha contra el coronavirus.

Con las redes usadas, que en una empresa local mezclan con otros plásticos desechados y las funden para darles forma, están fabricando pantallas protectoras, botes de alcohol y gel hidroalcohólico o paneles de separación que se utilizan en los restaurantes de Bangkok, la capital de Tailandia.

Reciclaje en Argentina

En Argentina el año pasado también se llevó a cabo un programa similar del reciclaje de las redes de pesca para convertirlas en viseras de gorra

Este programa, es una iniciativa regional de la empresa Bureo que busca encontrar soluciones al plástico que contamina los océanos, inspirar a las generaciones futuras e iniciar un cambio social. Se inició en Chile en el 2013, luego se expandió a Perú y desde 2019 comenzó a dar sus primeros pasos en Argentina a través de una alianza con José Moscuzza Redes, empresa productora de redes de pesca y el Instituto de Conservación de Ballenas (ICB).