Una agencia de inteligencia recomendó al gobierno de Estados Unidos liderar una coalición multilateral con las naciones sudamericanas para hacerle frente a la pesca ilegal china en la región, según la consultora Axios Markets.
La difusión del documento coincide con el estreno en Netflix del documental “Seaspiracy”, que denuncia la destrucción que la pesca indiscriminada produce en los mares del mundo.
Cientos de buques pesqueros chinos se presentan cada año en aguas internacionales del Pacífico Sur para realizar faenas de pesca, cerca de la zona de interés exclusivo de cada país, lo que ha sido reclamado por las naciones e instituciones conservacionistas.
“Los países sudamericanos recibirían con agrado un esfuerzo de coalición para aumentar la presión comercial sobre China y la aplicación de las normas de pesca”, según la Oficina de Inteligencia y Análisis (OIA).
“La presión unilateral de Estados Unidos probablemente resultaría en que China aplique sanciones similares, tal como lo hizo Pekín al promulgar una nueva ley para contrarrestar las restricciones estadounidenses a las empresas de tecnología”, añade el comunicado.
El documento de la OIA, que es parte del Departamento de Seguridad Nacional, fue catalogado como “sensible, pero no clasificado”.
En la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), se crea el concepto de los Organismos Regionales de Ordenamiento Pesquero (OROP).
Cualquier país del mundo que quiera faenar en el mar con sus embarcaciones tiene que pertenecer a uno de ellos.
Los barcos chinos, por ejemplo, están enlistados en el OROP del Pacífico Sur.
Efecto Galápagos
La presencia de buques pesqueros chinos frente a Galápagos ha hecho sonar las alarmas de países y de organismos conservacionistas.
El tema es considerado tan grave que el actor y activista, Leonardo Di Caprio, visitó Galápagos a inicios de marzo y se reunió con el presidente Lenín Moreno en una agenda privada, en la que estuvo constaba la conservación del medio ambiente.
Incluso existe la propuesta de organizaciones como el Movimiento Animalista Nacional o Pacific Whale Foundation de aumentar la zona protegida de Galápagos de 40 a 80 millas, para salvaguardar la biodiversidad marina.
Fuentes del gobierno estadounidense señalan que han participado representantes de la Guardia Costera de Estados Unidos, la Oficina de Inteligencia Naval, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica y el Departamento de Estado en el análisis de lo que sucede en los mares de la región.
El documento evaluó con “alta confianza” que la pesca china en aguas sudamericanas también “causaría un daño económico continuo a las pesquerías nacionales de Estados Unidos, como resultado de prácticas anticompetitivas”.
Evaluó con “confianza media” que es probable que China “continúe con las prácticas pesqueras de explotación en aguas sudamericanas a pesar de las acciones recientes de los gobiernos y una organización intergubernamental para limitar estas actividades”.
También evaluó con “confianza media” que los países de América del Sur darían la bienvenida a una coalición para aumentar la aplicación de las normas de pesca.
Una lucha vieja
No es la primera vez que Estados Unidos pone los ojos en la flota pesquera china. La Ley de Aplicación de la Seguridad Marítima y Pesca (SAFE), aprobada en diciembre de 2019, estableció un “enfoque de todo el gobierno” para combatir la pesca ilegal.
En mayo de 2020, el expresidente Donald Trump emitió una orden ejecutiva para combatir la pesca ilegal en alta mar y ayudar a promover la competitividad de Estados Unidos en la industria.
En septiembre de 2020, el Departamento de Estado agregó al pescado capturado por las flotas pesqueras de aguas distantes de China a su lista de bienes producidos con trabajo forzado.
Y, según fuentes gubernamentales, el presidente Joe Biden tiene como prioridad la defensa de la industria pesquera estadounidense.
El expresidente chino Hu Jintao pidió que China se convierta en una gran potencia marítima y, en 2013, el Consejo de Estado de China elevó la industria pesquera al nivel de estratégica.
El gobierno chino proporciona subsidios a la industria pesquera, lo que permite a los barcos cubrir los costos de combustible para navegar a costas distantes, incluidas las cercanas a América del Sur.
Fuente: Primicias Ec