Si bien esta especie pudiese resistir a variables de temperatura y salinidad en un futuro de cambio global, aún es vulnerable a efectos de su sobreexplotación en los mares australes (Mundo Acuícola-Centro Ideal).
El caracol trofón (Trophon geversianus) es un molusco carnívoro que se distribuye desde Chiloé hasta el Estrecho de Magallanes, de vital importancia en las tramas tróficas de la Patagonia Chilena y Argentina, ya que es depredador de diferentes especies, pero en especial de bivalvos. La sobreexplotación de este recurso en la Región de Magallanes durante la primera década del 2000 -debido a su alta demanda- ha derivado en una veda permanente, la cual fue extendida por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura en el 2016, por un periodo de cinco años.
Esta especie es de crecimiento lento, por lo que su población aún se recupera del impacto causado por su excesiva pesca. Sin embargo, los efectos notorios del cambio climático en la Patagonia y el resto del planeta, llevó a un grupo de científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad de Chile (UACh) a verificar si T. geversianus podía sobrevivir a un escenario de aumento en la temperatura global
El estudio, realizado desde el año 2016, fue publicado recientemente en la revista científica Marine Enviromental Research, y estuvo a cargo de la Dra. Camille Detree, el Dr. Jorge Navarro y Alejandro Ortiz, biólogo marino del Centro IDEAL.
“Nuestra hipótesis fue ver qué pasaba con esta especie bajo dos factores de cambio climático: temperatura y freshening (desalinización). Queríamos ver qué ocurría con su fisiología bajo estos parámetros y aportar así con una mayor aproximación científica, que permita una mejor regularización a su pesca y explotación”, explicó el Dr. Jorge Navarro.
Para esto, muestras de esta especie fueron tomadas desde el sector del Faro San Isidro, ubicado en la Región de Magallanes, a los cuales se les sometió a diferentes temperaturas y salinidades, con el fin de establecer su capacidad de adaptación, alimentación y metabolismo.
Tras 50 días de exposición a niveles de temperatura de 1, 5, 9, 12 y 15 grados C°; y 25 y 30 unidades prácticas de salinidad (PSU, por sus siglas en inglés), los investigadores observaron que la especie presentó una resistencia moderada a cambios de ambiente. A temperaturas más altas, el caracol trofón tuvo la capacidad de sobrevivir, obtener energía para crecer y reproducirse. Sin embargo, a temperaturas más frías, similares a las que ocurren en la Antártica, T. geversianus disminuyó su alimentación y no obtuvo energía para crecer y/o reproducirse, lo que sugiere la incapacidad para establecerse y vivir en lugares de estas características.
“El éxito de este caracol en posibles escenarios de cambio climático dependerá mayoritariamente si es capaz de sobreponerse a las actividades pesqueras”, concluyó la Dra. Detree tras estos resultados.
Durante el año 2000 hasta el 2011, se llegaron a extraer alrededor de 15 mil toneladas de este recurso, principalmente en Tierra del Fuego, por lo que actualmente está en veda permanente en la región. Su baja fecundidad, desarrollo lento (entre 5 a 6 años) y la explotación de su presa principal, el chorito (Mytilus chilensis), la han convertido en una especie altamente susceptible a la sobreexplotación.