En febrero la campaña de calamar que se realiza en el sector sur para evaluar el stock sudpatagónico debió suspenderse por fallas en un generador y ahora, se suspende la campaña en el sector norte que evalúa los stocks bonaerense-norpatagónico y desovante de primavera por un retraso en los hisopados de la tripulación. El crucero tenía fecha límite de salida para el 9 de abril; las autoridades estaban en conocimiento dado que un retraso mayor complica las posibilidades de seguir al recurso antes de que comience la migración a aguas profundas.
Que la campaña de calamar se suspendiera el viernes como consecuencia del paro que han decretado los trabajadores del INIDEP era una posibilidad, aunque todos se esperanzaban en tener para entonces una respuesta satisfactoria a los reclamos y poder dar inicio al crucero que recolecta datos fundamentales para la operatoria de la flota potera en plena temporada. Sin embargo, un manejo inadecuado de los tiempos por parte de la Dirección de Buques dio por tierra con esa posibilidad.
Reparaciones
De acuerdo a Revista Puerto, el buque de investigación debió ingresar a reparación en febrero cuando se disponía a realizar la campaña de calamar sobre el stock sudpatagónico en el sector sur, pero al estallar uno de sus tres generadores debió abortarse. En principio, se habían previsto quince días hasta que el barco estuviera en condiciones, pero las reparaciones llevaron más tiempo del pensado.
Cuando salieron a realizar las pruebas en el mar, los técnicos notaron que había condensación en un sector crítico del barco, el espacio donde se encuentra el costoso instrumental electrónico, como por ejemplo el instrumental de hidroacústica. Una entrada de agua de mar habría mojado el piso del rack y ante la posibilidad de que se dañara el equipamiento debieron hacerse nuevas pruebas. Recién el lunes 5 de abril el barco estuvo listo.
“La presencia de agua en el piso de la sala de racks llevó un tiempo de comprobación cuidadosa del origen del agua por la sensibilidad de los equipos instalados, lo que generó este atraso insalvable”, confirmó el director del INIDEP, Oscar Padín.
Retrasos
A pesar de los retrasos en la puesta a punto del barco, el personal científico-técnico a cargo de la Dirección de Investigación del instituto llevó a cabo en tiempo y forma los protocolos de Covid-19 con aislamiento del personal, hisopado y posterior aislamiento de 72 horas, para estar en condiciones de zarpar el 9 de abril. En la Dirección de Buques no ocurrió lo mismo.
Alejandro Latte, director de Buques del INIDEP, indicó a este medio que los hisopados de la tripulación recién estarán listos para el fin de semana, es decir entre el 10 y 11 de abril, pero además deben cumplir con las 72 horas posteriores de aislamiento que marca el protocolo, pudiendo estar en condiciones de zarpar recién entre el 12 y el 13 de abril. “Resultaba imposible licenciar a la tripulación antes de que estuviera listo el barco”, dijo.
El funcionario, si bien aclara que no tiene capacidad para discutir cuál debería ser la fecha de salida de la campaña, indica que “si se revisan los antecedentes puede verse que hubo años en los que las campañas salieron más tarde de lo programado”. Sin embargo, lo que no tiene en cuenta Latte es que la fecha ideal para la campaña de calamar en el sector norte siempre fue el 1 de abril y que los límites no se extendían más allá del 5 de abril porque luego se dificulta seguir al recurso.
Prospección tardía
La campaña de 2019 se inició el 9 de abril y el equipo de biólogas que trabaja en el Programa de Cefalópodos observó que se encontraban al límite para poder evaluar el recurso; es por eso que a partir de entonces se estableció que no podrían zarpar más allá de esa fecha. Salir entre el 12 y 13 de abril implicaría que estarían en zona de pesca a mediados de mes, con el agravante de que este año la flota comenzó a pescar el 22 de marzo. Casi un mes más tarde estarían llegando a evaluar la zona.
A los graves problemas salariales que atraviesa el INIDEP, que han llevado a sus trabajadores a decretar un paro de características nunca antes vistas en esta institución, se suman las deficiencias en la gestión que complican aún más la situación. Una vez más la campaña de calamar se suspende y la posibilidad de recomponer una serie histórica que permita dar previsibilidad y comprender mejor el comportamiento del recurso, parece inalcanzable.