El informe del INIDEP muestra signos preocupantes de disminución de biomasa y biomasa reproductiva. Recomendaron una drástica reducción de las capturas y establecer una veda en la Zona Común de Pesca. Llamado de atención por la discontinuidad de las campañas.
Ya en su exposición en el Congreso de Pampa Azul, la directora de Investigación del INIDEP, Claudia Carozza, había adelantado que la situación del efectivo norte de merluza se encontraba en una situación complicada que podría llevarla a cambiar de estatus en la medición internacional, ubicándolo entre las especies sobreexplotadas. El informe técnico elaborado por Gabriela Irusta, Emiliano Di Marco y Otto Wöhler vino a confirmarlo: Se registra una disminución de la biomasa total y reproductiva y del número de juveniles a pesar de haberse reducido la captura por unidad de esfuerzo. Presentando un dato sumamente alarmante, la biomasa se encuentra por debajo del punto biológico límite, aquel a partir del cual se vuelve impredecible la recuperación del caladero.
El efectivo norte de merluza hubbsi se distribuye en el área comprendida entre 34° y 41° Sur, y es administrado por la Comisión Técnica Mixta del Frente Marítimo Argentino – Uruguayo en el sector de la Zona Común de Pesca Argentino-Uruguaya (ZCPAU).
La pesquería argentina de merluza se desarrolló inicialmente sobre este efectivo, siendo el principal puerto base Mar del Plata. Sin embargo, a partir de mediados de la década de 1980, la actividad pesquera se fue desplazando hacia el efectivo sur, como consecuencia de la disminución de su abundancia y por la oportunidad de centrar la actividad sobre el caladero patagónico, de mejores rendimientos durante todo el año.
En el año 1991 se desembarcaron aproximadamente 220.000 toneladas, y a partir de entonces las capturas comenzaron a disminuir, llegando a 2012 con valores que rondaron las 50.000 toneladas, bajando posteriormente a 35.000 toneladas, capturadas mayormente por la flota argentina.
Para la última evaluación del estado de este efectivo, se aplicaron modelos estadísticos de captura por edad para el periodo 1986-2022 y los valores obtenidos indicaron un decrecimiento de las biomasas estimadas respecto de 2016 de 31 % para 2021 y 45% en 2022.
En el INIDEP desde hace unos años comenzaron a plantearse puntos biológicos de referencia considerados para la recuperación de la Biomasa Reproductiva; para este efectivo el punto de referencia objetivo se estableció en 230.000 toneladas y en 150.000 toneladas el punto de referencia límite, por debajo del cual la pesquería podría considerarse en riesgo .
En tres de los cuatro escenarios de evaluación implementados se observó que la Biomasa Reproductiva actual se encontraría por debajo de las 150.000 toneladas. Los valores estimados estuvieron en el orden de 114.000 toneladas y 109.000 toneladas dependiendo del modelo utilizado, lo que ubica al recurso en una situación de riesgo, volviéndose incierta su recuperación.
Un dato no menor es que esta situación del recurso se observa con una disminución de la captura por unidad de esfuerzo, es decir cada vez se pesca menos y el recurso sigue decayendo. Entre 2017-2022 la captura por unidad de esfuerzo estimada cayó 22%; las horas de arrastre nominales entre 2009 y 2016 cayeron 66% y entre 2017 y 2022 un 35 %, señalando una merma de la actividad pesquera.
Esta reducción en las capturas está relacionada, por un lado, con las reglamentaciones impuestas, el efecto de la implementación de las Cuotas Individuales Transferibles que redujo el número de buques operativos en la pesquería y la migración de barcos al langostino.
Para realizar esta evaluación el modelo utilizado contempló errores de observación y proceso que aparecen en las variables de estado estimadas como el reclutamiento, las biomasas total y reproductiva y las mortalidades por pesca. También se incluyeron índices de las campañas efectuadas en la Zona Común en 2021 y 2022. Pero el hecho de no haberse realizado de forma completa por problemas en el barco, sumó incertidumbre, algo que como muestra el informe viene ocurriendo desde hace muchos años y obliga a desarrollar diferentes escenarios para reducir el error.
“La falta de campañas completas entre 2016 y 2022 incrementó el grado de incertidumbre en la estimación de la tendencia de la Biomasa Reproductiva y Total observadas y estimadas por el modelo, por lo que se efectuaron cuatro escenarios distintos con el objeto de contemplar las principales fuentes de incerteza en los resultados de la evaluación”, indica textualmente el informe.
Pero la situación del efectivo norte es tan preocupante que, en todos los escenarios evaluados, hasta en aquellos menos precautorios, ha llevado al grupo de investigación a considerar “que habría ocurrido una nueva disminución de la biomasa en los últimos años”, aunque al mismo tiempo indican que “debe considerarse con cautela, debido a la deficiente cobertura del área en los dos últimos cruceros de evaluación de merluza del efectivo norte”.
Precisamente siendo cautelosos, pero también como consecuencia de que ante menos información se debe ser más precautorio, fue que sugirieron no superar una captura de 50.023 toneladas para aspirar a llevar la Biomasa Reproductiva al punto de referencia límite en el mediano plazo. A este número deben restarse las 20.552 toneladas capturadas en la Zona Común de Pesca. Indicaron que las capturas deberían realizarse con artes selectivas.
Además, los investigadores recomendaron establecer, a futuro, un área de veda permanente en conjunto con Uruguay, que proteja la actividad reproductiva de la fracción adulta y el crecimiento de los juveniles durante todo el año, ya que la población podría encontrarse en sobrepesca de reclutamiento y su recuperación dependerá del aumento de la Biomasa Reproductiva y del éxito de los futuros reclutamientos.
