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“La pesca ilegal se lleva u$s 14.000 millones anuales”

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Cada tanto, como un pinchazo molesto pero pasajero, la sociedad Argentina lee en los diarios acerca de la presencia de buques extranjeros de ultramar que saquean los recursos pesqueros de nuestro país. La situación es grave porque el valor estimado de lo perdido ronda los u$s 14.000 millones anuales, dinero que bien podría ser utilizado para realizar inversiones de todo tipo en el territorio, así lo indica el portal La Prensa.

Las noticias acerca del pesquero chino que logró fugarse, o bien de la captura de otra nave por parte del ARA Bouchard, no alcanzan para que los argentinos tomen una real consciencia de lo que ocurre mar adentro. De alguna manera este país forjado a partir del campo, de las vacas y el trigo, siempre le ha dado la espalda a su litoral marítimo.

Lo cierto es que usualmente sobre el límite de las 200 millas una verdadera comunidad de barcos piratas operan entrando y saliendo, haciendo de esa frontera líquida un auténtico colador. Lo extraño ahora, comenta a La Prensa el doctor César Lerena, experto en pesca y ex funcionario, es que la estrategia parece haberse vuelto más atrevida. Pescan más adentro y por más tiempo.

La problemática no atañe solamente a los barcos que pescan de manera ilegal, es decir sin licencia otorgada por la Argentina y que capturan las especies que usualmente migran, sino que a esto hay que sumarle los estragos que realizan los buques que operan bajo permiso del Reino Unido en la zona de las islas Malvinas. Para dejarlo más claro, hay que decir que se trata de una superficie de 1.639.900 kilómetros cuadrados. “¿Alguien se habrá dado cuenta que la superficie ocupada es equivalente a toda la Patagonia (Tierra del Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Río Negro) y las provincias de La Pampa, San Luis, Mendoza, Jujuy y Formosa?”, se pregunta Lerena en su último documento.

-¿Qué opinión se ha formado con respecto a lo que ocurre con la pesca ilegal?

– En realidad este tema no es nuevo. Hace décadas que la pesca ilegal es practicada por busques extranjeros en nuestro mar. Ahora se está visualizando más porque tal vez la pandemia distrae a las autoridades respecto al control de la zona económica exclusiva. En realidad no sé cuáles son las razones por las cuales ahora se han detectado más de 90 embarcaciones dentro de la zona. Es como si en estas circunstancias se hubieran metido más adentro la mayoría de los buques. Habitualmente son 300 que están operando al filo de las 200 millas. Entran y salen. Es una zona bastante rica en recursos pesqueros, especies que migran de la zona económica exclusiva. Están al límite.

– Suele afirmarse que las fronteras argentinas son un colador. ¿Ocurre lo mismo en el mar?

– Esta situación ocurre desde hace décadas en el Atlántico sur, donde se produce la pesca ilegal. Esos buques son mayoritariamente españoles, chinos y de otras nacionalidades, y además operan con subsidios de sus países. Ahora hay también una suerte de buque estación de servicio que les provee combustible en alta mar. Así no tienen que retornar. Luego hay una tarea esclava dentro de esa actividad. Esos buques, desde la concepción internacional, son ilegales. No se conoce el origen de las capturas, no cumplen ninguna regla.

– Usted remarca que son busques que operan con subsidios estatales de sus países de origen. ¿Argentina le ha reclamado a España y a China?

– Argentina ha sido muy pasiva en hacer reclamos de esa naturaleza. Además existe una fuerte dependencia con China por la compra de soja. Con los españoles es una cuestión notable. No solamente pescan en esa zona sino que además se han asociado con el Reino Unido en Malvinas. Entonces tienen joint ventures con empresas británicas. Ahora tienen previsto el emplazamiento de un nuevo puerto en Malvinas. Los principales licenciados del Reino Unido en Malvinas son los españoles, no los chinos. Los chinos pescan en la zona, pero sin licencia británica. A partir del Brexit, los puertos de ultramar, las colonias como el caso de Malvinas, van a tener un régimen diferenciado al que tenían hasta ahora para colocar sus productos en el continente europeo. No entrarán más los productos en Europa libremente. Estas asociaciones les facilitarán que sus productos entren. Estas pequeñas islas, con una población reducida de 3.000 pobladores, más los militares asentados, están moviéndose de manera muy inteligente. Día a día generan nuevas cosas para fortalecerse. Argentina no ha hecho nada de eso.

– ¿La sociedad la da la espalda al mar?

– Le damos la espalda al mar. Nosotros hemos visibilizado mucho Malvinas y poco el territorio marítimo, que es mucho más rico que las islas. A pesar de las recomendaciones de la ONU, hay que tener en cuenta que en el año 1982 el Reino Unido tenía ocupado las islas, de 11.410 kilómetros cuadrados, y tres millas marinas. Hoy tienen 1,6 millones ocupados. Eso les ha permitido iniciar no sólo las exploraciones petroleras sino también otorgar licencias pesqueras que representan el 75% de los ingresos económicos a Malvinas. Sin la pesca no hubieran podido sostener Malvinas. El PBI per cápita de los malvinenses es de u$s 100.000 por año.

– ¿Qué representa la pesca como sector productivo para la economía argentina?

– La Argentina está desembarcando 800.000 toneladas anuales de pescado y exportamos por u$s 2.200 millones anuales. En el Atlántico Sur hay 1.800.000 toneladas potenciales, según estima la FAO. Hay un millón disponibles y se calcula que se están llevando unas 250.000 toneladas anuales los británicos y otras tantas los buques extranjeros que pescan en la región. El producto lo colocan en el mercado internacional y con valores multiplicados por siete. Hay u$s 14.000 mil millones anuales que se llevan los buques extranjeros. Ese es dinero que nos daría enormes posibilidades para fomentar la industria pesquera y crear empleo. Hay que tener en cuenta que Argentina exporta más pescado que carnes rojas.

– ¿La exportación está potenciada por el bajo consumo interno de pescado?

– El consumo interno es bajo. Si la argentina estuviera consumiendo el promedio mundial, que es de 16 kilos per capita, destinaría todas sus capturas al consumo interno. Habría mayor valor agregado, mayor empleo. Habría también mayor salud en la población porque el pescado como alimento es excepcional.

– El 60% de lo que exporta Argentina en materia de pesca es langostino, el producto estrella. ¿Está bien administrado el recurso? ¿Ha impactado en la pesca de otras especies como la merluza, que genera muchos puestos de trabajo en tierra?

– La pesca extranjera de calamar afecta al sector empresario local que pesca calamar. Compiten en precio. Esas embarcaciones chinas y españolas pescan a distancia y subsidiadas. Tienen un costo menor que las embarcaciones argentinas. Esto también ha producido una merma en la pesca y procesamiento de la merluza porque los buques se fueron a pescar el langostino. Eso no es poco. Los gobiernos deberían establecer cuotas de pesca. Eso tuvo impacto en el empleo en tierra porque se profundizó la matriz con busques congeladores que procesan todo a bordo.