Se llevan capturadas 145 mil toneladas del langostino, la cual es inferior a la de 2018 y el bycatch promedio fue del 28%. Un buen año que tuvo más problemas de mercado que biológicos. Comienzan a llegar fresqueros a puerto y se reactiva el mercado del congelado, informó Revista Puerto.
La pesquería llega a mediados de septiembre con un nivel de captura ligeramente inferior al de 2018 para esta fecha. El nivel de bycatch solo se midió en la flota tangonera y fue un 8% menor que el del año anterior. Por estas horas se realiza una prospección en el sur con buenos rendimientos en algunas zonas.
La pesca en el Área de Veda debe terminar el 1 de octubre cuando se inicia el proceso reproductivo de la merluza y algunos barcos fresqueros esperan poder hacer algún viaje más al norte; otros comienzan el regreso a puerto, marcando el tiempo de descuento para la zafra 2019. Ellos tuvieron un buen año de ventas pero los congeladores sufrieron la caída de Europa y China; sin embargo la reactivación de los mercados en las últimas semanas, hizo desaparecer en la mayoría las intenciones de dar por terminada la temporada a fines de septiembre y se espera que sigan hasta mediados de octubre.
El langostino de tamaño comercial se mantuvo más alejado de la costa que en temporadas anteriores, limitando naturalmente la operatoria de barcos fresqueros y costeros, mientras los congeladores pudieron capturar ejemplares de buen tamaño sin mayor inconveniente. En total se llevaban descargadas, al 4 de septiembre, 145.383 toneladas.
La proporción de merluza en las capturas, según el último informe, fue del 28% y en volumen fue un 8% inferior a la del año pasado. Esta información se basa en la aportada por los observadores en los buques congeladores; se desconoce cuál sería el impacto si se midiera en igual forma la operatoria de los barcos fresqueros.
A pesar de que los fresqueros tuvieron mayor dificultad para acceder al recurso, por distancia y en horas de arrastre, el mercado jugó a su favor. Los productos derivados de esta flota, bloques y preparaciones de pelado y devenado, sostuvieron el nivel de ventas y no hubo una baja marcada de los precios.
Los congeladores, en cambio, lograron buenas capturas de L1 y durante agosto tuvieron que regular la pesca como consecuencia de una importante baja en las ventas.
Europa se había sobreabastecido en diciembre del año pasado y llegó con más langostino en cámara del esperado. Y China, inundada de vannamei, congeló las compras y además arrastró el precio al piso de 6,2 dólares el kilo. Recién en las últimas semanas comenzó a reactivarse el mercado.
Los empresarios tangoneros que en algún momento pensaron en parar la flota o terminar a fines de septiembre la temporada, ya no están en la misma situación. Con la reactivación de ventas, se esperanzan en poder colocar de noviembre a mayo o junio del 2020, todo lo que tienen en las cámaras frigoríficas.
Por estas horas se lleva a cabo una prospección entre los paralelos de 45º y 47º S en una zona acotada para no poner en riesgo los prerreclutas observados durante la campaña de investigación. En una de las tres áreas prospectadas se dieron buenos rendimientos de L1, mientras que en otra hubo presencia de juveniles.
El cierre para los congeladores estará determinado por el cuidado que requiera el langostino, dado que por condiciones técnicas pueden ir a buscarlo en el área externa de la veda. Todavía no hay fecha pero de todas formas se prevé que la pesca se extenderá solo por un par de semanas en octubre.
Quienes sí terminarán su temporada seguramente el 1 de octubre son los fresqueros y costeros que no pueden alejarse tantas horas de puerto. Esa fecha marca el inicio de la veda total en el área de Veda Permanente con el objetivo de preservar el desove de la merluza.
Varios barcos fresqueros ya están regresando a Mar del Plata: viajes de hasta cinco días de pesca sin lograr completar la bodega los vuelve menos rentables y deja de ser conveniente. Sin hablar del impacto que puede tener tanto tiempo de arrastre sobre los recursos en juego.
Ellos piden la apertura de una zona entre los paralelos de 44º y 45º 30’ Sur y entre los meridianos de 64º 30’ y 63º Oeste, aunque aceptarían de buena gana resignar esos 30’ extra de longitud. Ingresaron una nota hace quince días en el Consejo Federal pero no se tomó vista ni se consultó al INIDEP sobre la posibilidad de realizar una prospección allí.
Para los fresqueros está corriendo el reloj, dado que sobre esa zona solo podrían realizar tareas de pesca por los próximos 20 días. Y eso únicamente si se dan las condiciones, tanto del tamaño del langostino como del porcentaje de bycatch de merluza en las capturas.
El pedido de los armadores fresqueros marplatenses se sustenta en la imposibilidad de acceder al recurso en las áreas habilitadas por lejanía. A la vez indican que durante la temporada han podido mantener activas las plantas gracias a las buenas ventas que han tenido y piden se les permita continuar con el mismo nivel de actividad que tuvieron hasta hace un mes.
Todavía la temporada no ha llegado a su fin, quedan unas semanas por delante y afortunadamente la mayoría de las empresas tangoneras no llegará con balances en rojo como en algún momento parecía que podría suceder. Las cámaras frigoríficas están llenas pero de un producto que gracias a su valor permitirá estar por encima de los costos.
Los fresqueros que vienen generando un alto nivel de empleo en tierra en la Patagonia, han tenido una buena temporada de ventas. Solo en esta última etapa los costos comenzaron a ser un problema y aquellos que esperan tener unos días más de buenas capturas, aguardan en los puertos patagónicos la apertura del norte.
Va llegando a su fin una temporada que pese a la desorganización administrativa y los problemas del mercado internacional, tendrá seguramente un saldo positivo. A pesar incluso de la falta de un plan de manejo, el gran pasivo de la administración pesquera nacional.