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Las Plantas Pesqueras generan menos valor agregado que el año pasado.
En el Año 2017 las exportaciones crecieron un 16,5% con respecto a 2016 pero las exportaciones de pescado con valor agregado retrocedieron un 3,1 % con respecto al año anterior.
Las exportaciones del sector pesquero argentino crecieron un 16,5 % en 2017, con respecto al año anterior, al generar casi USD 2.000 millones en ingresos, de acuerdo con datos preliminares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Estos datos no se traducen a las estadísticas sobre la generación de valor agregado al langostino ni mucho menos a la generación de empleo genuino e inversión que deberián realizar las plantas pesqueras.
Exportaciones: USD 277 millones más que en 2016
Según el último informe de Intercambio Comercial Argentino del Indec, las cifras correspondientes al año 2017 indican que el sector pesquero exportó productos por un total de USD 1.959 millones, en comparación con los USD 1.682 millones que obtuvo en 2016.
Se exporta 20% más de pescado sin valor agregado
Las exportaciones de pescados y mariscos sin elaborar alcanzaron los USD 1.707 millones, frente a USD 1.422 millones en 2016, lo que significa un crecimiento del 20 %.
Se exporta un 3,1% menos de pescado con valor agregado que el año pasado
En tanto, las ventas al exterior de pescados y mariscos elaborados alcanzaron un valor de USD 252 millones, un 3,1 % menos que en el año anterior, cuando llegaron a USD 260 millones.
Estos datos sirven para mostrar que la tendencias de las plantas pesqueras es realizar el trabajo fácil y rápido que es realizar block de 10 a 12 kg y exportarlos sin valor agregado. Si está línea se mantiene en Argentina se está perdiendo la oportunidad de generar mano de obra genuina y sobre todo en la patagonia.
Por otro lado las plantas pesqueras están en la crítica colectiva de la sociedad ya que contaminan, no tienen responsabilidad ambiental, generan residuos de los cuales no se hacen cargo, no invierten, no están dando más trabajo a pesar que las capturas aumentan año a año, tienen personal no registrado, aprietan, amenazan y extorsionan para obtener permisos de pesca para generar un monopolio y romper con la cadena de producción en equilibrio que existe para poder fijar cupos, fijar precios y realizar un ajuste sobre el salario de los trabajadores del sector del SOMU, SICONARA, SUPA y STIA.
Si se permite este plan de las plantas pesqueras que en su mayoría poseen capitales extranjero y de empresarios “fascineros” de Mar del Plata los más perjudicados serán las provincias patagónicas que se quedarán sin langostino por la voracidad de depredación de estos empresarios sin escrúpulos que no tienen responsabilidad ambiental para desarrollar una pesca sustentable que preserve el recurso pesquero que asegure el pescado y las fuentes de trabajo para los próximos años.
Si las autoridades no toman decisiones firmes estaremos a punto de ver como nuestro Bosque Azul (Mar) queda desierto de especies acuáticas, se llevaran el Oro Naranja (Langostino) y nos dejaran contaminados y pobres.