La pesca y la exportación de langostinos batieron récords por quinto año consecutivo en 2018: las ventas afuera sumarán US$2100 millones, básicamente a la Unión Europea , Rusia , China y los Estados Unidos . La abundancia de langostinos determinó que los pesqueros hicieran dos viajes por marea con carga.
No solo para el langostino fue un buen año; la merluza terminó con alrededor de 600.000 toneladas (a fines de la década del 90 cayó a 90.000 anuales) y, según los expertos, hay una recuperación de la biomasa a partir del reordenamiento de las vedas. El Litoral argentino está entre los más importantes del mundo en calidad y extensión.
Según datos oficiales, ya 2017 fue un buen año para los productos de la pesca; la actividad creció 14,3 por ciento interanual y el año pasado también se situó en dos dígitos. Entre permisos nacionales, provinciales y artesanales hay 11.000 en el país (300 son nacionales) y 2018 fue récord de botadura de barcos.
El langostino pasó de exportar US$764 millones, en 2015, a US$1222 millones, en 2017, 61% más; el calamar saltó de US$105 millones a US$257 millones (13% más); la merluza hubssi aumentó 12%, y el resto de las especies, 14%. La Unión Europea, con 36%, es el principal destino de las operaciones, seguida por Asia, con 33%.
Juan Bosch, subsecretario de Pesca, dijo a LA NACION que el plan de manejo de pesca del langostino se realizó con participación de todos los sectores tomando en cuenta el ciclo de vida anual, la fuerte dependencia ambiental de la especie y la pesca en área de protección de juveniles de merluza. “Las aperturas y cierres de áreas se hicieron en función del rendimiento del langostino (tamaño) y la relación con la merluza; además, se unificaron las reglas de acceso al caladero entre la Nación y las provincias”.
El Golfo de San Jorge es la mejor zona para la pesca de langostinos; Chubut concentra la mayor parte de la actividad, que en cinco años pasó de 30.000 toneladas anuales a 250.000. “El desafío es transformar el volumen en cuidado, en más valor agregado. La pesca debe respetar características de sostenibilidad biológica, rendir económicamente y tener un impacto social por dar empleo; todo en equilibrio”, describe Bosch. La pesca genera unos 50.000 puestos de trabajo, entre los directos e indirectos.
El funcionario insiste en que el primer paso para crecer fue “ordenar” la industria con “una norma igual para todos que respete el buen manejo del recurso considerando los cambios climáticos y la interrelación entre las especies”. En esa línea, las vedas “se abren y se cierran de manera razonable” con monitoreos cada 15 días del Instituto Nacional Pesquero y con las áreas divididas en cuadrantes en las que se realizan prospecciones cada cuatro días.
El año pasado, los puertos de Chubut concentraron alrededor del 70% de las capturas de langostinos; Puerto Madryn fue el principal receptor porque fue el más próximo al área de operaciones de las diferentes flotas; descargaron buques de la flota congeladora, barcos colorados de la flota fresquera de altura y también llegaron algunos costeros amarillos de 21 metros de eslora.
Más competitividad
Hace diez días, el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere , confirmó que China anunció una baja de aranceles.
“Hay buenas noticias para el sector de la pesca porque la semana pasada China anunció la baja de aranceles para productos argentinos y esa reducción alcanza al langostino y al calamar”, anticipó Etchevehere.
Y destacó que esa baja en los cánones “mejorará la competitividad de la pesca argentina y principalmente la chubutense”, que es la provincia con mayor índice de exportación en el segmento de langostinos y calamares.
En otro orden, y en sintonía con las declaraciones del presidente Mauricio Macri, aseveró que están “trabajando en la renovación de la flota de barcos” y que en breve llegará al Congreso una ley que obliga al recambio de embarcaciones en un período más corto.
Distinguió que otra de las medidas que favorecen al sector es la posibilidad de comprar repuestos fuera del país “con importación cero” para que también “puedan tener acceso a todas las partes que necesitan los barcos”.
La Nación