Los programas de pesca sostenible y la colaboración de la población local han permitido recuperar las poblaciones de una especie que alcanza los tres metros de largo, así lo informó La Vanguardia.
La colaboración de las poblaciones locales en la aplicación de programas de pesca sostenible es esencial para la supervivencia de miles de especies en mares, lagos y ríos de todo el mundo.
En el caso del Amazonas, uno de los ejemplos más notables de pesca sostenible tiene como protagonista al pirarucú (también conocido como paiche o arapaima; de nombre científico Arapaima gigas).
Hace unos años esta especie, el segundo pez de agua dulce más grande del mundo -sólo superado por el esturión beluga-, se encontraba en peligro de extinción en diversas zona de la cuenca amazónica debido a la sobrepesca.
Los programas de pesca controlada, con vedas que facilitan la reproducción supervisadas por equipos científicos, han permitido que esta especie vuelva incluso a formar parte de las cartas de muchos restaurantes.
El proyecto de pesca sostenible para el pirarucu se puso en marcha hace 20 años. Desde entonces, la población de estos peces gigantes ha pasado de los 2.500 estimados en 1999 a más de 190.000 en el censo del año pasado.
La participación de las comunidades indígenas ha sido la clave. “Sin ellos, no quedaría nada”, dice Frederic Monnier, el jefe de cocina de la moderna Brasserie Rosario, en Rio de Janeiro, en declaraciones recogidas por AFP. En el mismo sentido,Jessica Trindade, cocinera jefe de Chez Claude asegura que ”lo que están haciendo los pobladores locales por el Amazonas no tiene precio”.
Servido con una mezcla de harina de mandioca tostada y nueces que provienen directamente de la cuenca del Amazonas, el pirarucú deleita a los clientes de los restaurantes que han recuperado esta oferta traidicional. El sabor es similar al de otros peces blancos de agua salada como el abadejo o el bacalao, comentan los expertos.
Cuotas de pesca muy estrictas
El pirarucú se salvó gracias a un programa de pesca sostenible que estableció cuotas estrictas: solo se puede pescar de julio a noviembre y la creación de zonas de reserva. Ahora, el proyecto culinario Taste of the Amazon ha ayudado a mejorar el conocimiento y las relaciones comerciales entre los pescadores locales y los restaurantes especializados.
Adevaldo Dias, funcionario de ASPROC, la cooperativa que gestiona la pesca sostenible del pirarucu, se sorprendió gratamente de lo entusiastas que eran los chefs para participar en el proyecto.
”Me sorprendió su compromiso, su comprensión de cómo este pez es bueno para el Amazonas y la necesidad de pagar a los pescadores adecuadamente”, explicó Dias a AFP. Gracias a ASPROC los pescadores que suministran pirarucú a los restaurantes, garantizando que su procedencia respeta los programas de pesca sostenible, reciben precios por encima de los que se encuentran en el mercado no controlado.
”La pesca sostenible ayuda a preservar el medio ambiente y refuerza la autonomía y la identidad clara de las comunidades tradicionales”, destaca Felipe Rossoni, representante de Operation Native Amazon.
El pirarucú esta protegido de las pirañas
Además del proyecto de pesca sostenible, el pirarucú ha sido noticia recientemente para la comunidad científica pro la publicación en la revista atter de un estudio en el que se muestra la fortaleza y resistencia de las escamas de este pez gigante.
El Arapaima gigas posee escamas en forma de armadura flexible que facilita su protección ante el ataque de depredadores como las priañas, indica este estudio liderado por expertos de la Universidad de California.
Sus escamas tienen una capa interna resistente unida por colágeno a su capa externa mineralizada de escamas, del mismo modo que los chalecos antibalas están hechos de varias capas de correas flexibles intercaladas entre capas de plástico duro, explican los autores del estudio.
Los materiales antibalas humanos se unen usando un tercer material adhesivo, mientras que las escamas de los pirarucús se unen a nivel atómico: crecen juntos, tejiéndose en una sola pieza sólida.
Otros peces usan colágeno como lo hace el Arapaima gigas, pero las capas de colágeno en las escamas de esta especie amazónica son más gruesas que en cualquier otra especie de pez.