Hace poco más de 20 años, uno de los ecólogos más prestigiosos del mundo se atrevió a poner una fecha de caducidad a la pesca. Y esa fecha estaba alarmantemente cerca. Según los cálculos del prestigioso doctor Boris Worm, antes de 2048 nos quedaríamos sin fauna marina apta para el consumo humano, informó Traveler.es.
Quizás en esos cálculos se escondía una señal de alerta, un grito al cielo para despertar una mayor concienciación de las administraciones, la industria pesquera y, en definitiva, de la sociedad en general.
Según el estudio publicado en la prestigiosa revista Science, la pérdida de biodiversidad oceánica se estaba acelerando hasta tal punto que el 29% de las especies marinas ya no existían, y la tendencia a largo plazo dejaba bien claro que en 30 años habría poco o nada que pescar.
Evidentemente había que buscar un culpable (más allá de la voracidad humana) y todos los dedos acusadores señalaban hacia una misma dirección: la pesca ilegal.
Alarmados ante unos números rojos mucho peores de lo previstos, la comunidad científica se puso manos a la obra. Una de las iniciativas más interesantes y que más ruido mediático ha logrado en poco tiempo es Global Fishing Watch, que nace de la estrecha colaboración de tres grandes socios: Oceana, una organización internacional dedicada a la protección y la recuperación de los océanos; SkyTruth, que reúne expertos en utilizar tecnología por satélite para proteger el medio ambiente; y Google, que proporciona las herramientas necesarias para el procesamiento de big data
Pero como en muchos otros casos, no hay organización que valga sin buena financiación. Y mucho mejor si el que pone el dinero es una estrella de Hollywood como Leonardo DiCaprio.
Global Fishing Watch geolocaliza más de 70.000 barcos en todo el mundo para luchar contra la pesca ilegal. ¿Puede cambiar el mundo de la pesca esta plataforma tecnológica dejando al descubierto la huella de la pesca ilegal a nivel mundial? Leonardo DiCaprio ha asegurado en sus redes sociales oficiales que es la única manera de “reconstruir las pesquerías y proteger los hábitats marinos críticos”. Un mensaje que cala bien hondo entre acto de promoción y acto de promoción de su nueva película junto a Quentin Tarantino.
https://www.instagram.com/p/BjxVg1cH44R/?utm_source=ig_web_copy_link
“El desafío de lograr la transparencia pesquera no sólo es realista sino que ya está sucediendo y el apoyo global está creciendo”. Son palabras en exclusiva de Tony Long, CEO de Global Fishing Watch para Traveler.es.
“Cualquier persona con conexión a Internet puede comprobarlo de forma gratuita, rastrear la ruta de los barcos y descargando los datos de su actividad pasada y presente. Esto ofrece oportunidades sin precedentes para mejorar la forma en que se gestiona la pesca”, explica.
Aunque sea muy doloroso escucharlo, muy pocos países pueden permitirse el cumplimiento de la ley para detener a los pescadores ilegales. La transparencia pesquera por satélite ofrece una ruta alternativa y mucho más rentable porque “es mucho más fácil rastrear a una embarcación que localizar e interceptar una embarcación ilegal. Los estados deberían trabajar juntos para recompensar el cumplimiento de las prácticas legales y hacer rendir cuentas a aquellos buques con datos sospechosos al rastrear sus historiales”.
Por el momento, los avances son positivos porque las naciones están poniendo su granito de arena. En 2016, el gobierno indonesio lanzó un programa para que sus datos de seguimiento de embarcaciones estén disponibles públicamente.
Otros compromisos posteriores se han logrado con Perú, Panamá, Chile, Costa Rica y Namibia. Junto con el apoyo público y las asociaciones de investigación de Canadá, Japón y los Estados Unidos, están generando un impulso considerable, ya que hablamos de las grandes potencias pesqueras mundiales (entre las que se encuentra España, que oficialmente aún no ha cedido sus datos).
Pero hay un gran inconveniente. El sistema de Global Fishing Watch se basa en un sistema de geolocalización de embarcaciones denominado AIS (siglas de Automatic Identification System). Y si alguien con malas intenciones desconecta el AIS, esa embarcación no existe y pasa a ser un fantasma en el mapa porque no se puede seguir su ruta. Es lo que hacen los capitanes de los pesqueros ilegales.
¿Cómo se combate entonces la pesca ilegal no regulada y no declarada (IUU en sus siglas en inglés)? Es decir, ¿cómo rastrear lo que no aparece en el radar sin perder credibilidad?
La cuestión es otra”, asegura Tony Long, “esto se basa en la práctica de permitir que sólo los buques que cumplan con los requisitos podrán desembarcar sus capturas. Cuantos más estados portuarios se comprometan, más podremos reducir la capacidad de los pescadores ilegales para operar sin ser detectados”.
Pese a que esta situación sería la ideal, los científicos de Global Fishing Watch saben que no es la realidad y por eso están volcando todos sus esfuerzos en mejorar su tecnología.
“Nuestra capacidad de detectar y rastrear directamente la actividad de los buques pesqueros a nivel mundial está experimentando una transformación extraordinaria. La detección de buques basada en satélites mediante radar, imágenes o intercepciones de radiofrecuencia está madurando, y cuando se combina con nuevas técnicas analíticas, como el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, logra que el monitoreo de los buques sea más rápido, más eficiente y más accesible que nunca. Probablemente, dentro de una generación, la nueva tecnología por satélite emergente permitirá rastrear todos los barcos de pesca industrial en el mundo, no solo los barcos que están (voluntariamente) transmitiendo su ubicación”. Con esta información, las autoridades sabrán en qué buques se puede y se debe confiar y en cuáles no.