Con bajo perfil, las negociaciones entre el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de Chubut llegaron a buen puerto y el último viernes se celebró un acuerdo salarial con la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras, la cual es signataria del Convenio Colectivo de Trabajo 372/04 que rige la actividad en las plantas de procesamiento en tierra.
El acuerdo sin dudas trae alivió y previsibilidad a uno de los eslabones clave de la industria pesquera, en circunstancias que la intransigencia de un sector sindical como el de la marinería mantiene paralizada a casi la totalidad de los buques congeladores tangoneros, provocando impacto severo en la actividad portuaria, logística y de comercio exterior; y, principalmente, a los propios marineros que en su gran mayoría no volverán a trabajar hasta el año que viene.
Mejorar la productividad
El STIA y la cámara empresaria firmaron el acuerdo en el marco de la negociación paritaria para la renovación de la pauta salarial anual, y se ha coincidido en la materialización de un acuerdo con vigencia por 12 meses hasta el 31 de mayo de 2026; un mecanismo que han venido utilizando las partes en los últimos años.
«Las partes han coincidido en la conveniencia de buscar las nuevas condiciones de prestación de tareas, que impliquen mejores parámetros de productividad; como así también nuevas modalidades en el otorgamiento de las pautas de actualización salarial para el periodo 2025/2026, y que prioricen la retribución vinculada a la labor efectiva, y contemple la contracción al trabajo responsable, disciplinada y productiva», dice el acuerdo arribado entre la parte sindical y las plantas pesqueras de Chubut.
Reconocimiento expreso de la crisis
Un dato relevante, se admite y reconoce que la industria pesquera está en crisis. «El contexto extremadamente dificultoso en el que se desarrolla en la actualidad la actividad pesquera fabril en general, y del procesamiento y venta de langostino en particular, hace necesario ratificar y aclarar condiciones específicas de labor que autoricen la prestación laboral eficiente y garanticen la paz social por el plazo de vigencia del acuerdo», admitieron las partes y lo plasmaron en el acuerdo.
Montos no remunerativos
Tal como se ha venido implementando en los últimos años, se aplica un esquema de incremento salarial de carácter inicial no remunerativo donde «las partes acuerdan mantener el ‘status quo’ salarial actual; e implementar un incremento salarial de carácter no remunerativo para todo el personal alcanzado por el CCT 372/04, diferencial por categoría, equivalente a la suma mensual de $83.000 para la categoría de jornalizados que será abonada quincenalmente. En tanto, que el personal mensualizado liquidado bajo tal modalidad, el incremento salarial no remunerativo ascenderá a la suma de $103.000 por mes. Atento lo expresado, y considerando el remanente actual no remunerativo, derivado de periodo anterior, el personal jornalizado percibirá la suma no remunerativa de $90.000 por quincena y el mensualizado de $200.000 bajo esta modalidad».
En marzo de 2026 se transforman los montos no remunerativos en básico y factor. Además, se fijó, al igual que años anteriores, un bono de fidelidad y paz social, en este caso de un monto anual de $390.000 que se liquidará en dos pagos, uno en diciembre de 2025 y otro en marzo de 2026.
Contrastes
Con todo, en la actual coyuntura de crisis que atraviesa a la pesca, que una negociación salarial haya transitado sus normales carriles hasta llegar a un entendimiento, sin necesidad de escalar a un escenario de conflictividad, es auspicioso.
La actividad en las plantas logra estabilidad al tener superada la instancia paritaria, mientras reina la incertidumbre en una temporada de pesca de langostino atípica, en aguas nacionales, donde solo está operando una muy escasa cantidad de buques fresqueros de altura y sólo tres congeladores tangoneros, mientras hay ciento once barcos de esa flota en puerto, sin salir por la inflexible posición del SOMU.