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El hallazgo de una vaquita marina muerta en una red en el Golfo de California ha llevado a los científicos a hacer una triste declaración: solo quedarían 10 de estas marsopas.
El 13 de marzo, los científicos anunciaron que quedan alrededor de diez vaquitas (Phocoena sinus) en la tierra,justo cuando el grupo ambientalista Sea Shepherd encontró una marsopa ahogada en una red de enmalle que probablemente atrapaba totoabas.
“Si todavía existiera alguna duda sobre si las redes de enmalle de totoaba representan un peligro para las vaquitas y otros cetáceos, a pesar de las numerosos estudios en el pasado, este acontecimiento definitivamente no dejaría lugar a dudas”, dijo Locky Maclean, director de operaciones marinas de Sea Shepherd. Sea Shepherd está utilizando actualmente pruebas genéticas de muestras de tejido para confirmar que el cadáver descompuesto que encontraron es el de una vaquita.
Las vaquitas viven solo en las áreas del norte del Mar de Cortés, también conocido como el Golfo de California, y son el miembro más pequeño del orden de los animales llamados cetáceos, que incluye ballenas, delfines y otras marsopas. También son los más amenazados. Un grupo científico llamado Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita, conocido por su acrónimo en español, CIRVA, anunció que todavía viven el 13 de marzo entre seis y 22 vaquitas.La pesca lucrativa de totoaba (Totoaba macdonaldi) ha disminuido los números de vaquita. Las vejigas natatorias de totoaba, también conocidas como fauces, alcanzan altos precios en los mercados chinos para su uso en la medicina tradicional. La intensa presión resultante sobre la totoaba también ha hecho que el pez sea una especie en peligro de extinción, según la UICN, y las redes de enmalle destinadas a atraparla (así como a otros animales como los camarones) también han atrapado a las vaquitas en números devastadores.
A pesar de sus conclusiones, los científicos del CIRVA todavía creen que las vaquitas pueden recuperarse, ya que todavía tienen crías. Sin embargo, los expertos también admiten que la especie tiene pocas probabilidades de sobrevivir.
“Queda poca esperanza para la vaquita”, dijo Kate O’Connell, consultora de fauna marina del Instituto de Bienestar Animal (AWI, por su sigla en inglés), en un comunicado. “México debe actuar de manera decisiva para garantizar el fin de la pesca con redes de enmalle en todo el Alto Golfo [de California]”.Una vaquita en el norte del golfo de california. Imagen de Paula Olson/NOAA a través de Wikimedia Commons (dominio público)
En el 2016, el gobierno mexicano prohibió el uso de redes de enmalle para la mayoría de las pesquerías en el Alto Golfo de California. Muchos científicos y conservacionistas aplaudieron la medida. Sin embargo, han surgido críticas conforme los números de las vaquitas continúan en caída, una señal para algunos de que las autoridades no han hecho lo suficiente para responsabilizar a los pescadores.
“Una de las criaturas más increíbles de la tierra está a punto de ser eliminada del planeta para siempre”, dijo en la declaración de AWI, Sarah Uhlemann, abogada y directora de programas internacionales en el Centro para la Diversidad Biológica. “México solo ha hecho promesas en papel para proteger a estas marsopas de las redes mortales, sin hacerlas cumplir en el agua”.
Andrea Crosta, directora ejecutiva del grupo de investigación de delitos contra las especies silvestres de Elephant Action League (EAL), escribió en un artículo de opinión reciente para Mongabay que los esfuerzos en EE.UU. para prohibir los pescados y mariscos capturados con redes de enmalle en México “con la intención de obligar al gobierno mexicano a salvar a la vaquita” pueden haber sido contraproducentes, catalizando el aumento de una pesquería ilícita de camarón. Y si bien la prohibición de las redes de enmalle es fundamental para salvar a la vaquita, dijo, no aborda una parte esencial de lo que continúa sosteniendo su declive: la pesca ilegal de totoaba.
“Hay un mal enfoque y poco financiamiento para investigar la parte más importante del problema: las redes de tráfico y los intermediarios que impulsan el comercio”, dijo Crosta. “Las únicas actividades que realmente pueden tener un impacto positivo son la investigación y la recopilación de información”.Los científicos creen que no más de 22 vaquitas aún viven en el Mar de Cortés. Imagen de Paula Olson/NOAA a través de Wikimedia Commons (dominio público)
La Operación Oro falso de EAL en el 2018 identificó grupos criminales en México que compran totoaba a los cazadores furtivos y luego los venden a comerciantes chinos.
Clare Perry, líder de campañas sobre el océano de la Agencia de Investigación Ambiental, dijo que los grupos criminales deben detenerse. La organización de Perry publicó un informe en el 2016 que detalla los métodos que utilizan los sindicatos de delincuentes para llevar fauces al mercado.
“Las redes criminales organizadas que trafican las vejigas natatorias de totoaba de México a China son responsables de las redes de pesca ilegales que llevan a la vaquita a la extinción”, dijo Perry en el comunicado de AWI. “A menos que México tome en serio el cumplimiento de la ley y trabaje con China y los países de tránsito clave para desmantelar esas redes, no hay esperanza para las vaquitas restantes”.
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