La Cámara de Frigoríficos Exportadores de la Pesca emitió hoy un comunicado en el que advierten su preocupación por el impacto que tiene en la industria pesquera la irrupción del COVI-19 en la actividad y exigió al Gobierno nacional medidas que aceleren los plazos de pago y posterguen compromisos impositivos para el sector.
Pese a que la pesca se encuentra entre las actividades exceptuadas de cumplir con el aislamiento social obligatorio, desde la comisión directiva de la CFEP aseguraron que la pandemia están complicando el desempeño del sector, “particularmente en las pequeñas y medianas empresas”.
“El ritmo de trabajo es muy lento y con gran incertidumbre respecto a la evolución de los mercados tanto nacional como internacional”, aseguraron.
En este sentido, aseguraron que las medianas y pequeñas empresas viven “un escenario complejo para hacer frente a compromisos ante una realidad en la cual los ingresos han disminuido de manera considerable”.
Entre las medidas exigidas al Gobierno nacional están la aceleración de los tiempos y flexibilización de las exigencias para acceder a las herramientas de apoyo financieras y laborales; la acreditación en forma urgente de los créditos fiscales a los exportadores, muchos de los cuales tienen demoras desde 2018; el establecimiento de medidas claras para el desarrollo de las actividades económicas a lo largo del país; la postergación de compromisos impositivos; y la revisión de los efectos de la aplicación del art. 8 del DNU 297/20.
Desde la institución compartieron los resultados de un relevamiento entre sus asociados, en los que aseguraron que quedó “evidenciado el bajo nivel de trabajo que se mantiene desde mediados de marzo, momento en el cual se empezó a evidenciar con más fuerza el impacto de la pandemia en los mercados asiáticos, europeo y norteamericano”.
Según señalaron, la actividad en términos generales “sigue reducida en un 60%/70%”. “Pero con algunas mejoras incipientes derivadas de la posibilidad de procesar calamar fresco y langostino. Siempre en un escenario de inestabilidad en las ventas”, agregaron.
Por otra parte, los empresarios advirtieron que a la realidad de los mercados internacionales, se sumó un marcado cierre en lo que respecta a los mercados regionales, como Brasil, actor esencial en la rueda económica de la costa local al que el brote de COVID-19 impactó de manera aún más dura que en Argentina.
“Hubo un cierre casi total del mercado brasilero desde fines de marzo. Brasil representa un destino importante para el producto procesado en el tejido industrial PyME del Partido de General Pueyrredon, más aún en Semana Santa. Pero en estas semanas la demanda de este mercado sigue siendo nula para nuestro sector”, señalaron.
También mostraron preocupación ante la decisión del Gobierno argentino de apartarse de la mesa de negociaciones externas del Mercosur. Si bien el canciller Felipe Solá aseguró que Argentina permanece en el espacio de integración regional, explicó que, por ser todavía una incógnita las consecuencias económicas de la pandemia, “no se debería continuar con las negociaciones de tratados de libre comercio”.
Sobre este punto, desde la industria pesquera aseguraron ver “con alta preocupación las decisiones tomadas por el gobierno argentino” y advirtieron un “potencial impacto negativo”. “Para el sector representaría un problema adicional perder la fuerza de un bloque regional y que estas decisiones perjudiquen la apertura comercial”, indicaron y agregaron que “las pocas operaciones que pudieron concretarse se corresponden con mercados del este europeo, pero de productos específicos, a precios muy bajos y con plazos de pagos desfazados”.
La caída del precio internacional del petróleo y su impacto en países destino de productos pesqueros argentinos, así como las complicaciones en la logística y transporte en los que respecta al mercado interno también son factores que afectan la actividad y coloca a los empresarios en situación de alerta.
“A estos problemas se debe adicionar la nula demanda por parte de la gastronomía y hotelería”, agregaron.