Chubut Pesca

Problemas en la cadena de pagos en la industria pesquera: casi 5 mil millones de pesos en cheques devueltos

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La cifra pertenece a una docena de empresas pesqueras de Mar del Plata y Chubut, según el registro del Banco Central, pero impacta en toda la cadena productiva del sector pesquero y naval.

A la lista de consecuencias que genera la grave crisis de rentabilidad que afecta a casi todos los eslabones de la industria pesquera hay que sumarle otro elemento: la cadena de pagos en el sector cruje y amenaza con romperse definitivamente si la situación se mantiene en este esquema de variables.

Un simple relevamiento de este medio en el sistema del Banco Central para conocer la actualidad financiera de una docena de empresas pesqueras determinó la existencia de una deuda generada por casi 5 mil millones de pesos, sólo en cheques rechazados por falta de fondos.

La situación seguramente es más catastrófica si pensamos que muchas firmas para no agravar su condición ante el organismo solicitan a los tenedores de cheques que no los depositen ante la inexistencia de dinero en las cuentas.

La cifra exacta alcanza los 4912 millones de pesos de deuda generados al emitir 799 cheques que no pudieron ser cobrados, los cuales fueron emitidos desde el segundo semestre del año pasado hasta hace diez días.

Entre las empresas más comprometidas figuran la ya célebre “Gaveteco”, que a través de “Ocean Star SA”, generó una deuda de 1423 millones de pesos con 147 cheques sin fondos pertenecientes a cuatro entidades financieras. “Estrella” ya tiene la autorización de SENASA para reactivar su frigorífico en calle Valentini al 300. Con estos antecedentes le cuesta encontrar alguien que le entregue materia prima.

En el segundo lugar aparece “Mirabella”, cuyo propietario, Carli Rocca, reconoció semanas atrás la decisión de iniciar el concurso preventivo. La empresa chubutense registra 787,1 millones de pesos de deuda en 81 cheques rechazados. El futuro de los bienes de la ex Barillari es toda una incógnita en este escenario.

En tercer lugar aparece otra empresa radicada en Mar del Plata: “Fishing Ground MDQ”, propiedad de Leandro Ciccolella, quien adquirió con Pedro Baldino los activos de “El Marisco” y “Taturiello”. La empresa acusada de evasión impositiva registra una deuda de 705,6 millones de pesos en 133 cheques sin fondo.

Luego aparece “HG Mariscos SRL”, con domicilio en Bermejo 782 del puerto marplatense. La firma reprocesa materia prima y pertenece a Alejandro “Gaga” Pennisi. Registra una deuda de 505,6 millones de pesos en 94 cheques sin fondos.

El festival de cheques sin fondos no solo afecta a los armadores que no cobran el pescado que venden sino a toda la cadena de valor vinculada a la pesca porque los cheques se endosan y se entregan en parte de pago a proveedores de servicios, talleres navales, lo que amplía la lista de damnificados.

Franco Massari es la cara visible de “SBG Fish SA” e “Inclumar SA”, las dos empresas radicadas en Mar del Plata que suman 460 millones de pesos en 85 cheques sin fondos, según el registro del Banco Central de la República Argentina. El empresario ha incursionado en Río Negro y también en Caleta Paula, Santa Cruz.

“M.Y.A Kalimar SA”, frigorífico ubicado en Guanahani 3564, perteneciente a Marcelo Di Scala, registra una deuda de 362 millones de pesos en 112 cheques sin fondos.

La falta de actividad de la flota tangonera congeladora en Chubut impacta en el la situación financiera de las empresas. Por caso, “Food Partners Patagonia” registra 182 millones de pesos en 11 cheques sin fondo.

Por último, entre los deudores por más de 100 millones de pesos, aparece “Ostramar”. El frigorífico ubicado en Guanahani al 3100 registra según el Banco Central, una deuda de 131,8 millones de pesos producto de 132 cheques rechazados por falta de fondos. La empresa está inhibida y registra frecuentes incumplimientos en el pago a sus propios trabajadores.

La cadena de pagos crujiendo en Mar del Plata y la Patagonia es la fiel consecuencia de la grave crisis que atraviesan casi todos los eslabones de la cadena productiva, fruto del atraso cambiario, inflación en dólares, ahogo impositivo, aumento de impuestos, permanencia de los derechos de exportación, etc.

Un proceso que se inició con la pérdida de rentabilidad de las empresas, siguió con el despido de trabajadores, barcos parados y plantas cerradas. Sobrevolando este escenario apocalíptico, casi 800 cheques sin fondos.